sábado, 5 de diciembre de 2009

Episodio V

13-09-84
Querido Diario:

Las cosas siguen igual, y eso que los días siguen pasando. Con James no hablo, salvo que sea algo del colegio, porque tuvimos que hacer juntos todos los trabajos grupales que habíamos comenzado.

Y hablando de trabajos grupales... hoy la profesora McGonagall, se cansó al extremo de las peleas entre Gryffindor y Slytherin... ¿Y qué hizo la muy condenada? No hizo hacer trabajos prácticos mixtos entre Slytherin y Gryffindor, trabajos grupales, de a cuatro. Y se las ingenió muy bien porque las consignas son integradas, de modo que no nos podemos dividir los puntos para no vernos las caras. Tendremos que trabajar juntos y en grupo.

Pudo ser peor, realmente. Me tocó con Lucius Malfoy y Severus Snape, de Slytherin; y de Gryffindor somos Joe Finnigan y yo. Si me hubiera tocado con Cornamenta o Canuto sería terrible, porque habría peleas permanentes. Yo sé qué es lo que tengo que hacer para controlar esta situación: ignorar a Lucius Malfoy y a Snape. Pan comido ¿Verda? (alto sarcasmo).

Con Snape, al menos está casi todo bien. Como estamos en tregua no creo que pueda haber grandes problemas. Y con Joe Finnigan, me llevo bien... fue uno de los que me ayudó con el tema del “SSS”.

Arreglamos con los chicos para vernos hoy a la tarde en la biblioteca. Es viernes y ambos tenemos la tarde libre, pero debo admitir que aunque creo que podré con esta situación, de solo pensar en dominar mi carácter por un tiempo me hace poner los nervios de punta. Veremos cómo me va...

- - - - -

Horrible ¿De qué otro modo podría ser?

Cuando llegué a la biblioteca, sola porque Joe se demoró, solo estaba ahí Snape.

-¿Se han amigado? –preguntó en vez de saludar.

-No, no lo hicimos -contesté, y si se alegró, lo ocultó-. Así que no tienes que temerme... aún.

-Nunca te temí.

-No discutiré sobre eso, será lo mejor.

-Cuando se arreglen... ¿Serás otra vez la misma de antes?

-Supongo que sí –mentí nuevamente, no podía decirle que ya no lo volvería a tratar mal... es en contra de mi orgullo.

-No comprendo cómo puede haber dos personalidades tan distintas dentro de la misma persona.

-Ni tampoco llegarás a entenderlo –hice una pausa para sacar las cosas de mi mochila, las manos me temblaban, no sé por qué. No me pude contener y...- Escucha, te diré la verdad antes de que los demás lleguen: Yo...

Y por suerte no llegué a confesar, porque Joe hizo su llegada, tras un montón de libros.

-Aquí traje algo que puede llegar a servirnos -dijo.

-Más te vale, querido –comenté y lo ayudé a poner los libros en la mesa-. Si me haces leer todo esto, y nada de ahí sirve te dejaré el maleficio de piernas de gelatina una semana.

Me dedicó una triste sonrisa que revelaba que había comprendido que era un chiste, pero que detestaba esa situación tanto como yo.

A esto, llega Malfoy.

-Bien, empecemos rápido, así terminamos rápido -dijo, sentándose junto a Snape.

-Aunque empecemos rápido me temo que tardaremos en terminar, es larguísimo -opinó Joe.

-Esa maldita McGonagall... ¿Quién se cree que es? -comenzó Malfoy.

-Escucha, si no quieres problemas, no te metas con ella, ¿Entendido? Es una gran profesora.

-Claro, se me olvidaba que estaba en el grupo de la Sangre Sucia amiga de todos los profesores y del director.

-Ya basta -interrumpió Snape, perdiendo la paciencia, y logró silencio. ¡Y como para no! ¡Nos sorprendió a todos!

-No me digas que te has hecho amigo de este proyecto de... humano, solo porque te defendió el otro día...

-Eso nunca –se defendió él enojado. Grandioso, hasta un perdedor como él es capas de negarme así.

-Bueno, bien -le puse punto a la discusión-. Si queremos aprobar este trabajo se forma sobresaliente, teniendo en cuanta que este es el año de las MHB, lo principal será que nos dejemos de chiquilinadas y nos pongamos a trabajar, todos estamos de acuerdo en eso ¿Verdad? –hice una pausa-. Bien, lo principal es que organicemos la información, de este modo será más fácil llevar a cabo nuestro objetivo. Entonces, busquemos en este monte Everest información acerca de la Tranformación animal, dentro de la cual se encuentran además los animagos y los hombres lobo (aunque no se los mencione), y luego apilémosla por aquí. Una vez hecho esto, comencemos con la primera consigna y así podremos seguir. Ante cualquier duda, aquí tengo las consignas, por si hay algo que no saben si entra o no...

-No recuerdo que te hayamos nombrado jefe o coordinador del grupo -dijo Malfoy.

-No lo soy, solo estoy haciendo sugerencias... si estás en desacuerdo con algo de lo que dije, solo hazlo saber y veremos... ¿En qué aspecto difieres? -pregunté sin alterarme, mientras para mis adentros decía: “Se da vuelta y lo matas. Solo un Avada Kedabra ¿Qué podría salir mal?”. Sé que sería incapaz de hacer algo así, pero es increíble lo relajante que es planear un crimen que uno sabe que no va a llevar a cabo.

-Ya te lo dije, no quiero estar bajo tu mando -contestó.

-Bien, punto uno: he coordinado más grupos de estudio que tu; punto dos: esos grupos han tenido un desempeño sobresaliente; y punto tres: recuerda que eres el único aquí que protesta...

-No -intervino Quejicus...

¿Te diste cuenta? Vuelve a ser “Quejicus” para mí: Quejicus, Quejicus, Quejicus¸ Quejicus... total él nunca leerá esto.

-No es el único.

-¡Oh, Dios! ¡Justo que comenzabas a caerme bien! -respondí y se quedó callado.

-Bueno, fin -terminó Joe-. El grupo no tardó en dividirse en dos, como sabíamos que sucedería, si me permiten decir algo... yo creo que Sarah tiene razón... si hay algo que todos tenemos en común es nuestra necesidad de hacer un buen trabajo. No sé si está perfectamente lo que ella sugirió, o el modo en que lo dijo... pero a mí me pareció bien. Y no veo mejor forma de empezar que no sea mirando la información que conseguimos... Sarah y yo haremos eso... y ustedes hagan lo que crean conveniente.

Tomó un libro y se puso a mirarlo, yo hice lo mismo, y unos minutos después, los otros dos idiotas también se unieron. Una vez que desechamos todo lo que no nos servía, comenzamos con el trabajo.

Llegamos con algo de dificultad hasta el punto 6. El problema es que son 20. Hablé con Remus, su grupo no llegó al 3, tuvieron más peleas que nosotros, y el grupo de Canuto tampoco está muy bien.

Malfoy fue el primero en irse, y nosotros tres nos quedamos, por un momento creí que Quejicus se quedaba porque estaba esperando que Joe se fuera, no lo sé. Yo sí me quedaba por eso, porque quería decirle a Quejicus que era un estúpido, y quería decirlo a solas con él.

Finalmente, Joe se cansó y se fue. Yo comencé a levantar mis cosas lentamente, después de terminar con ese libro (me faltaba poquito), para darle tiempo a Quejicus de hablar, si era eso lo que él quería.

-Bueno, fue en vano, lo echaste a perder –comencé al ver que él no decía nada.

-¿Qué cosa?

-Desde nuestra pequeña charla, que me esfuerzo porque me caigas bien, pero fue en vano. De todos modos, sigues con miedo a ese idiota de Malfoy... y si sin razones coherentes, te pones de su lado es obvio que...

-Ya cierra la boca -dijo mientras juntaba sus cosas-. Hay cosas que no entiendes.

-Y supongo que no me las explicarás.

-Supones bien.

Eso me puso realmente mal.

-¡ESTO ES UNA BIBLIOTECA! ¡SILENCIO! -gritó la maldita esa de la bibliotecaria.

Algo debió aparecer en mi cara, porque cuando él y yo salimos, me preguntó:

-¿Qué pasa?

-No es asunto tuyo –contesté con frialdad y la voz temblorosa.

-¿Entonces?

-Entonces nada... es que ‘hay cosas que tu no entiendes’ -tan idiota es que no esperaba esa respuesta-. No puedo creer lo que haces... un día me vez llorando y te acercas a mí como si fueras mi amigo, y cuando yo te hago una pregunta eres incapaz de contestarla. Si quieres ser mi amigo, tienes que saber de antemano que la amistad tiene que ser recíproca, si no, no funciona. Y si no quieres ser mi amigo, no te metas en mis cosas ¡Y ya!

¿Quién dijo eso? Ahora mismo me preguntó por qué reaccioné así. El jamás había mencionado que quisiera ser mi amigo, y yo le hablé como si me hubiera traicionado. Evidentemente estoy sensible.

-No te pongas así -respondió, haciéndome un gesto de que me calme-. Si de verdad quieres saberlo, ven. Demos una vuelta y te lo diré, ¿Está bien?

¿Qué te parece? Lo peor de todo es que al final, el tuvo la misma actitud que yo. También optó por la amistad.

No era gran cosa, ni nada difícil de entender. Es simplemente que Lucius es más insoportable de lo que parece y conviene tenerlo a favor que en contra. Dicho con mis palabras, “Snape es un cobarde”, pero no se lo dije. Luego de eso, le conté lo que había pasado en la biblioteca, y él tampoco dijo nada. Nuestra relación pasa, por el momento, por escuchar... y cuando uno conoce a otra persona, lo hace escuchándola y no hablando.

Estuvimos conversando pacíficamente un rato, y luego cada uno se fue por su lado.

Ahora sé algo nuevo: Snape quiere ser mi amigo y llevarse conmigo, pero nadie debe enterarse por el momento. Y supongo que eso se debe a que él cree que yo volveré a ser la misma cuando me amigue con James. Y esto me recuerda que yo en la biblioteca estuve apunto de decirle que eso no iba a ocurrir, justo llegó Joe... y nunca se lo dije. El se olvidó de preguntármelo hoy.

24-09-84
Querido Diario:

Bueno… hoy sí me lo preguntó, pero antes hablaremos sobre Canuto. Eh… hace un tiempo que no escribo, y esta vez debo admitir que las cosas sí cambiaron un poquito.

Para empezar me llevo muy bien con Severus Snape. No sé si le descubrí otra personalidad, o me había prohibido conocerla antes. Todo este tiempo estuvimos viéndonos a escondidas. No pienses mal. No nos hacíamos citas y todo eso. Si nos encontrábamos de casualidad en un corredor vacío, nos poníamos a charlar de lo más bien. Si el corredor no estaba vacío nos tratábamos como siempre y listo. Más de una vez tuve que tratarlo secamente porque no solo había alguien cerca, sino que ese alguien era Canuto, pero bueno... cosas que pasan. De todos modos se lo merece, porque él hace lo mismo cuando Malfoy está con nosotros.

Por otro lado, las cosas con Cornamenta siguen igual, lo que es lógico. El no viene a hablarme, yo no voy con él. Nuestra única conexión eran los trabajos prácticos, y ya no los tenemos porque han sido entregados y corregidos. Puedes imaginar que nos estamos distanciando cada vez más.

Hablando de trabajos prácticos… el de Tranformaciones va bastante bien. Sacando, claro, ese horrible comportamiento de Snape cuando Malfoy está presente. Es tan poco disimulado que hasta Joe se dio cuanta del cambio. Pasa que Quejicus siempre se va después de Malfoy, y eso no ayuda mucho. El otro día me Joe dijo algo así como:

-Todo sería mejor sin Malfoy.

-Y sin Snape -contesté yo.

-No, sin Malfoy… el otro no es más que un pobre idiota que lo sigue.

Y no sé por qué, cuando lo oí decir eso, sentí una punzada de ¿Ira? ¿Por qué lo insulta si no lo conoce? ¿Por qué tiene que tener la maldita conducta que yo tuve durante mucho tiempo? Me da vergüenza de solo pensar lo estúpida que fui al tratarlo así… y que idiota que fui por no darme cuenta antes.

El tema de Snape, se dio en un momento que nos encontramos en un corredor, el estaba un poco más adelante que yo (un par de metros) y con unos pasos lo alcancé.

-Hola -saludó.

-Hola, nene ¿Es qué andabas?

-Tengo DAO -y seguimos caminando, luego agregó-. Ese día en la biblioteca… ¿Qué ibas a decirme?

-No me acuerdo exactamente -y era verdad.

-Yo te había preguntado si volverías a ser como antes cuando tu te amigaras con ese arrogante, y me habías dicho que sí. Yo no sé que dije, y después dijiste algo así como que me dirías la verdad, y justo cuando llegó tu amigo…

-Ah, sí. Ya lo recordé. Es que te había dicho una pequeña mentira. En realidad, no tengo pensado volver a ser como antes contigo cuando me amigue con Cornamenta… pero el orgullo no me dejó admitirlo.

-Bien… supongo que has cambiado.

-Y me asusta. Tu también lo hiciste, no creas que no.

-Siempre creí que no eras más que una niña caprichosa y arrogante, como los de tu grupo.

-Quizá eso sea parte de mi encanto -bromeé.

En ese momento apareció Canuto, y no le gustó nada encontrarme en un corredor a solas con Severus… ¿Sabías que se llama Severus?

-¿Qué… hacen? -me preguntó Sirius.

-No es tema tuyo -contestó inmediatamente Snape.

-Que la DAMA conteste -replicó Canuto.

-Charlábamos amistosamente -dije sin ningún problema.

-Grandioso. Ahora, ven -y comenzó a llevarme del brazo dentro de un aula vacía.

-Nos vemos mañana -le dije a Severus, antes de entrar con Sirius en el Salón- ¿Qué te traes? –agregué una vez que estuvimos dentro.

-Escucha, esto es importante… Cornamenta quiere hablar contigo.

-Y supongo que por eso envió a su mula para traerme su mensaje.

-El iba a venir a buscarte, pero yo me adelante, porque también quiero hablar contigo.

-¡Sí que estoy solicitada! Espero que hayas pedido permiso a mi representante para hablarme –dije jugando, pero me reí sola. Sí, sí, como una tarada.

-Finalmente se han hecho amigos ¿No?

Tardé un poco en caer en la cuenta del tema del que él me estaba hablando…

-Ah, sí -dije finalmente-. Resultó ser una buena persona. Solo que está un poco amargado, pobre, le tocó una vida difícil ¿Sabes?

-¿Ah sí? ¿Por qué? -preguntó con curiosidad.

-No me corresponde a mí decírtelo, pero si quieres ve y pregúntaselo.

-¿Te has olvidado de eso que te dije hace mucho tiempo en una clase de pociones?

-Lo había olvidado hasta que lo mencionaste recién. Pero no hay de qué preocuparse, seguí con el plan… aunque no me lo había propuesto…

-¿A qué te refieres?

-A que en uno de nuestros primeros encuentros le dije que eras mi novio, y nunca se lo desmentí. Pero ahora que me recuerdas esto, quizá tendría que dejar las cosas como están, y no desmentirlo…

Por primera vez sonrió.

-O siempre tendrás la opción de ser mi novia de verdad, y no tener la conciencia sucia por mentirle a ese pobre idiota.

-Eres el peor -dije riendo-. No hables así de él.
Creo que si no se lo hubiera dicho riendo, él lo habría tomado a mal. Pero creo que además estaba contento por el hecho de que le haya dicho a Snape que él era mi novio para distanciarlo de mí.

Pero ¿Sabes cuál es el triste tema? Me tiró una directa frase de que quería que yo fuera su novia... pero lo dijo en broma. ¿Por qué no me hace una petición seria, para que yo la acepte y listo? En el momento, no supe que hacer por más que lo pensé ¿Y si le decía “Bueno” y me contestaba “¿Qué? Era una broma, no quiero que seas me novia”? Yo quedaba como estúpida...

Aunque, si te soy sincera, ya no me siento tan cercana a Sirius. Si bien con todo esto de la pelea nos hemos distanciado un poco, las cosas son muy distintas. Antes él me agarraba la mano, y yo temblaba; ahora él me agarra la mano, y se siente grandioso, obviamente, pero no es lo mismo. Puedo abrazarlo, sin sentir ese cosquilleo dentro de mí. Cuando él me abraza me siento protegida y contenida… pero sin el cosquilleo.

¿Será que ya no me gusta Sirius? Si es así ¿Por qué aún tengo ganas de ser su novia?

27-09-84
Querido Diario:

Ya estuve hablando con Cornamenta, y me fue muy bien. Digamos que nos reconciliamos…

-¿Querías hablar conmigo? -pregunté fríamente.

-Sí, por eso le pedí a Sirius…

-Sí, lo sé. ¿No podías ir tú?

-Eh... supongo que sí, pero yo estaba hablando con Lunático, y no quería perder tiempo…

-Es decir, no más del que ya perdiste.

-Exacto.

Estábamos solos en la sala común. Es un cálido día de otoño, y la gente estaba afuera estudiando para los exámenes que ya se ven en el horizonte.

-Escucha, no se me hace nada fácil doblegar mi orgullo, y lo estoy haciendo por ti en este momento, te agradecería que no me dificultaras las cosas… ¿Podrías? -soltó la paciencia.

-De acuerdo -dije tirándome en el sofá, y poniendo los pies en la mesa.

-Bien, estuve pensando todo este tiempo, este mes y dos días... -¡Es un amor, contó los días!- en lo mal que estuve contigo. Realmente, fue el enojo del momento… no lo pude manejar, y tardé muy poco en darme cuenta de que estuve mal, y que tu no tienes la culpa. Sé que no puedes forzar las cosas, y tendré que acostumbrarme a eso…

-Está bien… veo que lo entendiste, finalmente.

-No, lo entendí más pronto de lo que crees, el resto del tiempo lo use para vencer a mi orgullo.

-Lo tienes grande, querido, necesitarás dos tumbas. Disculpas aceptadas. Pero tú también tienes que perdonarme algo, confieso que jamás me esforcé por cambiar las cosas.

-Eso es verdad –señaló seriamente-. Pero no hay problema.

-¿Y ahora cómo sigue esto?

-Simple: seguirá como vino. Haremos de cuenta que el tiempo no pasó. Seguiremos trabajando juntos para el colegio, nadie coordina los grupos de estudio como tú; seguiremos charlando cuando no esté Colagusano, no es lo que me guste, pero es lo que prefieres; seguiremos molestando a Quejicus en los pasillos, he escuchado rumores que me están preocupando; haremos explotar un aula mañana por la noche… -dijo mientras se sentaba a mi lado.

-Eso no -reaccioné.

-¿Prefieres que la inundemos pasado mañana al mediodía?

-No, quemémosla. Lo que no quiero es molestar a Snape.

-Entonces es cierto lo que dicen…

-¿Qué demonios es lo que dicen?

-Dicen que te has hecho muy amiga de él en este tiempo que no estuviste conmigo.

-Ah, eso… sí es cierto. Nos hemos hecho amigos. Y no quiero volver a lo de antes.

-¿Desde cuando lo llamas por su nombre?

-Apellido.

-Lo que sea.

-Se supone que nos llevamos bien, no voy a seguir llamándolo por ese horrible apodo.

-¿Horrible apodo? ¡Tu le inventaste otros mucho más ofensivos!

-¡Lamento ser tan cruelmente creativa! De todos modos, las cosas cambiaron. Ahora me parece horrible -contesté cruzándome de brazos.
-Escucha, en todo este tiempo, observé tu actitud con él. Creía que lo hacías solo por fastidiarme, y debo decirte que aún creyendo eso me fastidiaba... pero vamos, no tienes que seguir con esta farsa. A partir de ahora, todo será como antes. Sobretodo tu trato con él. Le romperás un poquito el corazón, pero lo superará.

-No voy a hacerlo, querido. Mira, primero que nada, tú no gobiernas sobre mí, de modo que si quiero ser su amiga, tendrás que aceptarlo. Segundo, no estuve con él por ti, hacer eso de usar a alguien para darle celos a otro alguien es una actitud que me parece infantil.

-Ahora te parece infantil, cuando tú y Canuto…

-Lo mío con Canuto fue muy distinto –me atajé-. Solo queríamos romperle un poco las esperanzas, no darle celos, además hay que tener en cuenta que yo no lo usé, más bien él me usó. Pero bueno. La cuestión es que no voy a volver a lo de antes, me avergüenza pensar que me comporté de ese modo… estamos por encima de esa actitud… tenemos que madurar.

-Te propongo algo, para que esta reconciliación no termine siendo otra pelea: Tú por tu lado y yo por el mío. Si quieres ser amiga de ese prototipo fallido de humano, bien… yo no te lo cuestiono. Si yo quiero humillarlo y todo eso, lo haré y tú no lo cuestionarás… ¿Trato?

-Trato.

No dimos la mano, y sellamos el pacto, luego pregunté.

-¿Quiénes dijeron eso de que éramos amigos?

-¿La verdad?

-¡Porfi!

-Bueno, nadie lo dijo.

-¿Entonces? Solo nos veíamos a escondidas… ¿Cómo lo descubrieron?

-¿Se lo preguntas a alguien que tiene una capa de invisibilidad?

-Tienes razón ¡Qué ilusa! Pero tengo una pequeñísima duda... ¿En qué momento me estuviste espiando?

-Ah... fue una noche... -y me lanzó una mirada de picardía que me puso muy nerviosa y comencé a tartamudear y retorcer las manos en el regazo.

-¿Eh... qué n-noche...? ning-guna noche pa-só nada, no nada... ¿Por qué dices que pasó algo una noche?

-Quédate tranquila, no dije nada... ¿En qué noche pasó algo? ¿Qué es algo?

-Es que no pasó nada, yo no dije que pasara algo, todo lo contrario, en realidad no pasó nada.

-Bueno, yo iba con la capa invisible, a buscar comida... se había pasado el horario de salida de la Sala Común, y yo tenía hambre. Salí y luego de pasar un par de corredores, sentí voces en la oscuridad. Supe que no era el único que se estaba escurriendo por ese angosto corredor, que todos sabemos que está desolado incluso en las noches. Me metí en un aula y esperé... te confieso que en realidad creí que se trataba de alguna parejita, y sentí curiosidad. Luego vi que eran ustedes y sentí más curiosidad... pero pateé la puerta y ambos se sobresaltaron y salieron apresuradamente por otro lado... los perdí y no los volví a ver hasta que llegué a la sala común con unos pastelitos y te vi sentada junto al fuego, escribiendo, subí en silencio y nunca te percataste de mi presencia.

-Eso es cierto -dije más tranquila ahora que sabía que él no había estado la noche del... hecho ¡Uff!-. Pero deberías dejar de ser tan chusma, nos diste un buen susto.

-Eso les pasa por andar por ahí de noche, decir que era yo... otro hubiera pensado mal.

-Otro en lugar habría pensado… punto. Eso ya es algo más allá de tus logros –bromeé, y él rió-. Pero… ¿A quién se le podría ocurrir que entre Snape y yo...?

-Y, no sé... entre que él es medio homosexual y tú eres medio hombre...

Comencé a pegarle como usualmente hago con Canuto. Me sentí tan bien porque todo volvió a ser como antes... ¡Cornamenta yo juntos otra vez!

Cuando me frenó dijo:

-Me vengaría si no te hubiera extrañado... –confesó- pero sólo por los trabajos, no es nada relacionado con el cariño –agregó haciéndose el duro.

-Me imagino ¿Cómo podría ser que el famoso James Potter, quiera a alguien?

-Exacto.

-El está sobre eso.

-Exacto.

-Solo tiene corazón para Lily Evans.

-Exac... ¡Oye!

Y ahí fue el mágico momento en que volvió nuestra amistad.

Por otro lado, el trabajo en grupo va bien. De una vez por todas Snape y Malfoy se dejaron de cuestionar lo que hago y digo, y por fin el trabajo avanzó. Ya está terminado, al decir verdad, solo queda pasarlo en limpio. Esa parte me toca a mí, todos ellos tienen una letra horrible...

Lucius sigue sin saber que Snape y yo nos llevamos, porque el idiota de Quejicus hace todo lo posible por ocultarlo delante de él. Al principio me molestaba su doble actitud, ahora casi me da risa. Siempre terminamos quedándonos solos en la biblioteca, y me pide disculpas por los comentarios hirientes, que yo no estuve contestando. Al principio yo le daba respuestas del tipo: “Ay, no sé, lo voy a pensar”. Ahora le digo: “Ya a esta altura, ni me doy cuenta. No tiene importancia”.

Últimamente hablamos de más cosas. Descubrimos que tenemos algo en común. Ninguno de los dos se lleva con sus familias. El tema salió cuando le dije que en las vacaciones me quedaba en Hogwarts, él me preguntó por qué y yo contesté:

-...porque odio a toda mi familia -del mismo modo que cualquiera hubiera dicho: “Oia, se largó a llover”.

Me dijo que él también odiaba a toda su familia y que se iría de su casa en cuanto cumpliera la mayoría de edad. Totalmente comprensible. Pero faltan dos años para eso. En realidad, adora a su madre. No me lo dijo y menos con esas palabras, pero me di cuenta igual. Cuando aprendes el modo en que se expresa, comienza a ver cómo son las cosas más allá de lo que él dice.

Al margen de eso, estuve en el despacho del director. No porque me pescaran haciendo algo indebido, es sólo que fui a visitarlo. Ya sabes lo que quiero. Trabajé mucho en el verano para ganarme su confianza, y no quiero perderla sólo por no hablar nunca más con él. Es una gran ventaja tenerlo a mi favor, así que con eso seguiré adelante. No hablamos gran cosa, solo estuve allí una hora, pero creo que por el momento es suficiente.

Por el momento esas son las noticias. Nos vemos...

No hay comentarios:

Publicar un comentario