sábado, 5 de diciembre de 2009

Episodio XX

15-01-84
Querido Diario:

Lo mío fue un poco tonto, lo reconozco. Tanto querer estar de novia, para descubrir que lo único que cambia es la regla de que ninguno de los dos puede tener otra pareja… de modo que cualquier cosa que haga, hará que Severus sea oficialmente cornudo…

Y bueno, John Dark me preguntó quién es el chico este con el que estoy, y no supe qué responderle. No quería mentirle, y no quería decirle la verdad:

-No puedo decirte, Joda.

-¡Vamos! ¿Por qué no?

-Sería un escándalo… nadie debe saberlo, es un completo secreto.

-¿Lily lo sabe?

-No te diré quienes lo saben, no te diré nada, compréndeme, por favor.

-¡NO! ¡Necesito saberlo!

-Lo sabrás, pero no aún…

-No me lo esperaba… bueno, sé quienes no son.

-¿Y qué tiene que ver?

-Te quiero, y... no puedo evitar las expectativas, yo creí que iba a ser Black, pero está con Kat. También podía ser James, pero no le gusta nadie en serio, aunque persigue a Lily. Remus, gusta de Tonks, y hasta ella lo sabe… Snape… no, no creo que caigas tan bajo. Además, él no es ni siquiera tu amigo… y es el novio de Bellatrix. Y Petigrew… no, simplemente imposible…

-¿Cómo?

-Que Peter es un idiota, por lo que cuentas…

-¡Ah, sí! No ni borracha estaría con él… -dije, aunque en realidad mi “¿Cómo?” había sido por Severus… ¿Novio de Bellatrix? ¡En el nombre de Yavanna! ¿Qué quiere decir eso?

Seguimos hablando un rato, y luego me fui a pociones. Evité mirar a Lucius. Y también a Severus… Me senté con Sirius, y traté de poner atención en la clase. Pero él estaba muy molesto, me tiraba del pelo, me ponía papelitos en la cabeza, me escribía las manos con la tinta, los pergaminos… cosas así.

Kat, quien por alguna razón se sentó con Tiffany, miraba con la vena a punto de estallar… como Severus.

Luego Sirius comenzó a escribirme el cuello, yo no le dije nada. Siguió, siguió… no se cansaba. Luego dejó de hacerlo y me miró.

-¿No vas a decirme nada?

-No.

Y dejó de hacerlo.

Confesión: fue venganza. Se rumorea que Bellatrix sale con Severus ¡Pues que se rumoreé que Sirius está conmigo y Kat! No importa… pero de todos modos quiero hablar con Severus al respecto.

-¿Te pasa algo?

-No, nene, está bien.

-Ah, como dejaste de seguirme el juego, creí que te habías enojado…

-No, no lo hice, está bien…

La próxima vez le digo que sí… porque en cuanto le dije lo contrario, siguió dibujándome el cuello.

Cuando terminó la clase, Kat tomó a Sirius del brazo y se lo llevo. Yo me fui a hablar con James. El está mal. Desde que pasó lo que paso en Navidad, que él y Lily no se hablan.

-No la entiendo, Sarah ¡La ayudé! ¿Por qué no me habla?

-Bueno, pueden haber dos motivos, a mi entender: uno, le da vergüenza por toda esa situación; dos, luego de Navidad molestaron a Sev-Quejicus… y sabes que no le gusta que hagan eso…

-¿Qué dices?

-Claro, que a ella no le gusta... y tú sabes…

-No, no eso… ¿Cómo que vuelves a llamarlo “Quejicus”?

-Ah… bueno… nos pelamos definitivamente… así que él vuelve a ser Quejicus para mí…

Rió y luego me miro contento.

-¡No sabes lo que me alegra oír eso!

-Sí, sé lo que te alegra…

-¿Sabes? Quizá ande por aquí. Busca a Sirius, y molestémoslo como dándote la bienvenida al mal comportamiento.

-¡No, espera! Me peleé con él… pero no volveré a molestarlo como ustedes… aún…

En ese momento, Sirius y Kat pasaron por mi lado.

-¡Sirius, compadre! ¡Sarah se ha peleado con Snape, definitivamente!

-¿En serio? ¡Qué bueno! -dijo y me abrazó… sí, concuerdo contigo, cualquier excusa es buena…

Cuando me soltó, Kat casi lo mata con la mirada.

-Me tengo que ir con Remus. Luego nos vemos… -dije.

Te parecerá extraño, pero aún no le había dicho a Lunático que estoy de novia con Severus. Eso sólo lo sabe Lily. Y ya pasaron unos cuantos días… me va a matar si no se lo digo pronto, así que iré a hablar con él.

- - - - -

Bueno… una cosa menos en la lista de “cosas pendientes”.

-¿Remus? ¿Podrías soltar ese pergamino y dedicarme una caminata?

-Seguro… ¿Ocurre algo?

-Se podría decir que sí…

Salimos del castillo, hablando de estupideces, caminamos un rato, hablando taradeces, y luego de un rato me interrumpió y me dijo:

-Pero no me trajiste aquí para hablar de eso…

-Eh… no.

-¿Qué pasa?

-¿Te enojarías si supieras que no te dije algo en dos semanas?

-Mmm… tal vez.

-¡Oh, vamos! No me lo hagas más difícil.

-Está bien, no me enojaré por el hecho de que me lo estés diciendo ahora…

-En ese caso… siéntate aquí…

Era un golpe pesado… debía hacerlo sentarse. Así que nos acomodamos en el pasto en las lejanías del castillo.

-Remus, mejor amigo, compadre, confidente, consejero… estoy de novia con Severus…

Se quedó perplejo, y luego de un rato me dijo:

-Bien, felicitaciones. De verdad, debes estar feliz… es lo que querías ¿O no?

-Sí, sí… genial… estoy muy contenta.

-¿Y cuándo se los dirás a los chicos?

-Ah… pues, no sé… no aún…

Negó con la cabeza.

-Oh, Sarah. ¿Tu casi-muerte no te ha enseñado nada?

-Sí, y mucho -respiré profundo-. Pero no puedo decir nada aun, por favor no lo hagas tú.

-No, es tu secreto y tu tema.

-Bien, se los diré, lo sé. Pero no aún. El mundo no esta listo para esto.

-Piensa en Sirius.

-¿Crees que me quedaría callada si no pensara en él? ¡Es por él que lo hago! Es él quien no debe saberlo aún…

-Has como quieras, y suerte… vas a necesitarla.

-Lo sé.

Luego de hacer eso, le conté a Severus que Remus lo sabía. Al principio no parecía conforme con la idea, pero luego lo convencí. Terminó por tomárselo a bien. Lily ya lo sabía desde el día en que sucedió. Se puso muy feliz por mí, pero al igual que Remus, no pudo evitar recordarme lo arriesgado que es esto, y la gran necesidad de que lo hable con Sirius cuanto antes... como si yo no lo supiera...

18-01-84
Querido Diario:

En estos tres días, las cosas no han cambiado mucho... al decir verdad, no han cambiado nada.

Las cosas con Severus van bastante bien, sacando, claro está, el empeño que él tiene en que sigamos a escondidas. Mientras no estoy con él, odio todo lo que pasa, y juro a mí misma que en cuanto lo vea, le diré:

-O cambiamos esto, o se termina todo aquí...

Pero luego nos vemos, en nuestras citas ocultas, y todo eso se pierde. Cuando estoy con él, siento que vale la pena que estemos escondidos, con tal de poder estar juntos, en la calma del secreto. Sin nadie peleándose por eso, enojándose, o simplemente, hablando de nosotros como si fuera de su incumbencia.

Pero aunque parezca mentira que alguien pueda fijarse en lo que hacemos o dejamos de hacer, pasa. Porque en este colegio se habla, de mí, de Lily, de todos. Como tema de conversación, la intimidad de los demás. No me gusta que todos estén en boca de todos, pero tampoco puedo cambiarlo.

Y ahí estoy en un dilema, porque vuelvo a lo mismo: Ocultarse. Cosa que tampoco quiero... ¡TODO UN TEMA!

De modo que la única solución posible, es hacer una especie de Asociación Secreta entre mis más allegados, para que solo ellos lo sepan. Pero eso jamás funciona, siempre todo se termina sabiendo. Así que la única solución posible, es tan posible como que McGonagall se ponga a repartir puntos porque sí...

¡NO SE QUE HACER! Hablo, no hablo, hablo, no hablo. Más de una vez junté coraje como para decirlo. Me armé de valor, enfrenté a los chicos y terminé diciendo cualquier estupidez, por arrepentirme en el último momento.

Veré mañana.

23-01-84
Querido Diario:

Parece que mañana, pasado mañana, o dentro de una semana, fuera lo mismo. Es que... es lo mismo. Aunque debo decir que me estoy acostumbrando. No sé si eso es bueno o malo...

Pero tengo que admitir que le estoy encontrando otro sabor al romance a escondidas. Siento que es más fogoso, más encendido que cuando lo puedo ver en cualquier momento y lugar. Como nos vemos poco y a las apuradas, los instantes que estamos juntos, son espectaculares, apasionados, únicos... geniales. Y está la sorpresa de que nunca sabes cuando va a tocar.

Camino por un pasillo, normalmente, y un brazo me jala hacia un aula. Es él. Tenemos 5 minutos... los mejores cinco minutos del día... y a la noche, más o menos a las tres de la mañana, me despierto, para ir a encontrarme con él. Charlar un rato, ponernos al tanto, y listo, de vuelta a la cama, para dormir un par de horas antes de las clases.

Y luego... está el sentimiento de culpabilidad, cada vez que tengo que mentir o algo así.

Detesto mentir, lo admito. Estar al borde de la muerte, te hace reflexionar y aprender mucho... pero es la misma vida, la que te pone en aprietos que te obligan a arruinarla con mentiras para salvarla, hasta que todo se descubra y quede arruinada otra vez. Pero asimismo, queda arruinada cuando dices una verdad como la que yo oculto. Tus amigos te miran mal, y te abandonan. Tampoco tiene caso. No quiero hablar, y tampoco quiero ocultarlo... ¿Qué camino me queda?

Como no puedo tomar una decisión como esta, solo me queda esperar hasta que a Severus se le antoje decirlo. Pero, conociéndolo... podríamos egresar antes de que eso suceda.

Por otro lado, aún se encuentra reacio a permitirme ir de viaje con los chicos. Por un lado, no es mi mayor estrés… aun falta tanto. Pero por otro lado, me conviene que vaya haciéndose la idea desde ahora. Como sé que por mucho que me lo prohíba voy a ir igual, prefiero pelearme una semana antes, que dos años.

Ah, acabo de recordar que hay algo importante que no te conté. ¿Ves que mi cabeza está en otro mundo? El otro día, estaba con Lily en la Sala común, cuando apareció un pequeño pergamino en la cartelera. Nos acercamos creyendo que sería la fecha de visita al pueblo, para descubrir que era algo totalmente estúpido: La apertura de un grupo de porristas. No hice comentarios al respecto, y subí al cuarto. Un rato después, vino Lily:

-¿Qué opinas del grupo de porristas? -y soltó una risita.

-Es triste... no va a tener a nadie... ¿Quién puede ser tan estúpido como para anotarse en él? Y más sabiendo que es el típico grupo selecto y exclusivo, compuesto por chicas padecientes de hueco craneal, que solo piensan en cómo se ven, y en cuánto pesan... ¡Por Los Ainur!

Pero la sonrisa de Lily se había desvanecido:

-Yo me anoté.

-¡Qué tragedia Lily! ¿Por qué auto-flagelarse en ese modo?

-Bueno... quiero probar cosas nuevas...

-¿Cosas nuevas? ¡Cambia tu peinado!¡Cómprate una Mantícora Macho en Celo Amaestrada Color Naranja, y déjate de estupideces!

-Pero no es lo mismo... estamos hablando de animar al equipo, con bailes, frente a todo el colegio...

-Sí, ya lo sé -le dije-. Sensuales bailes con poca ropa, frente al equipo de Quidditch. Pero vas a distraerlos, en lugar de animarlos para que ganen. ¡Y con lo baboso que es James! Necesitamos que agarre la Snitch, no su pecho derecho...

Lily se sonrojó.

-¡Aja! -pícara sonrisa- ¡Lo que quieres, no es animar al equipo, sino que acercarte a James!

-Tal vez -admitió con voz débil.

Grito de júbilo “¡Gracias Olomë!” y acto seguido, abrazo a Lily.

-Pero... James le gusta otro tipo de chicas. Aunque no puedo negar que captarás su atención...

-¿Por qué no te anotas?

-Eh... ¿No has escuchado todo lo que pienso de las porristas? -le pregunté- Además, mi novio está en Slytherin... ¿Qué crees que piense de eso?

-No tiene por qué retarte... solo estás animando a tu equipo...

-¡NO! -aclaré levantando el índice- Estaría bailando casi desnuda y meneándome frente al equipo, que no es lo mismo. Animarlo, puedo desde las gradas.

-No es tan así.

-Para él será de esa manera.

-Me refiero a que él no tiene por qué decirte que no hagas determinadas cosas.

-No es por lo que él me diga en sí, sino por cosas que yo sé que le molestarían y quiero ahorrárselas porque siento que no valen la pena. Si yo de verdad quisiera ser porrista, valdría de algo discutir al respecto, pero no es así.

-Vamos... hazlo por mí...

No hay comentarios:

Publicar un comentario