sábado, 5 de diciembre de 2009

Episodio XXI

¡Está loca! ¿Qué le hizo delirar con que yo podría aceptar eso? ¡Y más cuando ya bastante me costaba aceptar que ella fuera a hacerlo!

-Escucha -le dije-. Sé que tú solías ser así, pero luego te juntaste conmigo ¿No? Y yo soy Freak, no Winner, Freak... y desde que te juntas conmigo, te has hecho Freak también...

-No creo que seamos Freaks.

Insertar gesto de obvia incredulidad.

-Bueno, en ese caso –corrigió-. No veo por qué dejar de serlo...

-Entonces... ¿Desistes? -pregunté ilusionada.

-No. Me refiero a que el ser porrista o no, no hace que vaya a cambiar mi forma de ser...

-¡Ganarás fama, mala fama! Y ya no te la quitarás de encima, es horrible... piensa en que todo esto sí te puede cambiar...

-En todo caso es mi decisión ¿No? -dijo.

-Claro, pero será mejor que la tomes sabiendo lo que puede llegar a pasar. Y yo, como amiga, debo anticipártelo.

-Aja, y ahora, viene el momento en el que yo te escucho, analizo lo que dices, y luego hago lo que quiero.

-Exacto.

-Pues bien, ya está hecho. Seré porrista, y tú no. ¿De acuerdo?

-¿Tengo otra opción?

Pero tengo algo de miedo de que las cosas vuelvan hacia atrás... de que vuelva a ser lo que era, y crea que yo soy lo que pensaba que era cuando no me conocía. No quiero perder su amistad. Nunca antes creí que algo así se pudiera temer. Siempre imagina a esas chicas que tenían celos de sus amigas, porque ya no pasaban tiempo con ellas por alguna razón, y pensaba “¡Qué taradas! ¡No va a dejar de ser su amiga por semejante estupidez!” y aún lo mantengo en pie.

Pero la pregunta es: ¿Es esto una estupidez? Tal vez lo sea, o tal vez no. Sé que nuestra amistad es fuerte, pero... ¿Qué influencia tendrá en Lily, volver a pasar tanto tiempo con Kat? Y sí, estoy dando por sentado que si hay una forma de que bailar con ropas ajustadas sea a favor de las reglas, Kat estará ahí.

Es más... que estén en el mismo equipo de porristas, no quiere decir que vuelvan a ser amigas. Y el que vuelan a ser amigas, no quiere decir que INELUDIBLEMENTE, eso vaya a cambiar a Lily...

Estoy delirando. Ahora que lo pienso, tal vez estoy exagerando, y no es mala la decisión que tomó.

Y como si mi vida no tuviera suficiente con la mentirota que oculto, me peleo con mi única amiga. Es decir, en realidad, no es que dejamos de hablarnos, es solo que se puso un poquito cortante... bien, bastante cortante.

En fin, ya es de noche, y me voy a dormir, porque dentro de un par de horas, voy a ver a Severus. Nos vemos.


24-01-84
Querido Diario:

Al menos tengo el consuelo de una buena relación con mi novio. En este momento, él es el único que sabe absolutamente todo. Y me entiende en lo de ser porrista, y piensa lo mismo de ellas. Por eso, le pareció genial que no sea parte de ese grupo. La charla, fue más o menos así:

-¿Vas a decirme o no? -preguntó, luego de un buen rato de hablar estupideces de pareja.

-¿Qué cosa?

-Te conozco, sé que algo te tiene mal…

-No tiene importancia.

Me miró con incredulidad.

-Es solo una pequeña pelea que tuve con Lily…

-¿Y por qué no tiene importancia?

-Es solo por una estupidez. Quiere ser porrista. Le dije lo que pienso al respecto, y discutimos. Pero no quedó todo ahí. Es decir, que no estamos PELEADAS, solo un poco distanciadas…

-Pero eso basta para que estés mal, así que, no le des tan poca importancia.

Lo besé con ternura.

-No quiero tener problemas.

-¿Tienes?

-Claro. Tengo que ocultarles algo MUY importante a mis UNICOS amigos, y mentirles me hace mal. Me deprime. Y… saber que tarde o temprano tendré que pagar por esto, me causa estrés. Quiero hablar, quiero terminar con esto.

Lo meditó. Respiró profundamente, y contestó:

-¿Eso quieres? ¿Eso te hará feliz? Bueno… a más tardar el 5 de Febrero, hablaremos…

Eso me puso muy feliz, sentí inmediatamente que era capas de hacer lo que fuera, que tenía toda la fuera del mundo, y que esta trataba de escapar de mí. Solo podía sonreír, no tenía palabras así que lo besé para aprovechar el silencio, y en agradecimiento. Esto le costará más a él que a mí... y él lo enfrentará por lo que sentimos...

Antes dudaba del futuro de todo esto, pero ahora que tengo la fecha clara, no hay preocupaciones.

- - - - -

Bueno, evidentemente, hoy a la mañana, cuando escribí eso, estaba demasiado feliz, y por eso todo pintaba tan bien, pero ya no es así.

Estaba sentada en los terrenos, meditando al respecto, con una gran sonrisa. Era inevitable, me sentía contenta, liviana, relajada. Había un yugo que ya no tenía, un peso menos, y luz en el futuro.

Hace mucho tiempo que no nombro a alguien que había desaparecido de mi vida en estos días. Esa fue la persona que apareció en ese momento.

-Hola.

Levanté la mirada.

-¡Joda! ¡Qué gusto verte! ¿Cómo estás?

No se veía muy feliz. Pero...

-Bien, estoy bien ¿Qué hay de ti? -se sentó a mi lado, contra ese árbol. Bajó la voz y susurró- ¿De novia finalmente?

Corazón, saltando... palpitaba a tal velocidad, que creí que iba a darse vuelta de la excitación.

-¿Qué? ¿Cómo lo sabes?

Y yo soy la pobre idiota incapaz de negarlo.

Sonrisa forzada y agregó:

-Es evidente, al menos para mí. No, sé quién es, ni cómo son las cosas. Pero desde hace un tiempo te noto... distinta. Pensé que tenía que ver con eso. En el baile de Navidad me dijiste que no estaban oficialmente juntos... y…

-No te lo negaré…

-No tienes alternativa, ya me lo confirmaste… -rió.

-Sí, pero lo que iba a decirte, era que no se lo digas a nadie, por…

-Sarah, me estás ofendiendo. No se lo diré a nadie, porque no quiero perjudicarte, tú lo sabes.

-Sí, pero…

-Pero nada, llegué tarde, hay que asumirlo. Pero creo que eso no debería cambiar las cosas. Estuve pensando en esto y… llegué a la conclusión de que podemos ser amigos de todos modos… no hace falta que nos separemos…

-Yo no sé. Es decir, es difícil para mí que seas mi amigo sabiendo que esperas algo más…

-Pero sé que no va a suceder ¿Qué importa si me gustaría o no algo más de ti? -dijo- Mientras no tenga ilusiones…

Se quedó en silencio, miró mis ojos, y continuó:

-Además, estoy con alguien.

Pausa. ¿Viste cuando uno se queda sin palabras, y no sabe que decir por la sorpresa? Bueno, eso fue lo que me pasó. Tras lo que pareció una eternidad, dije:

-¡GENIAL! ¡Felicitaciones!

Y sonó tan parecido al tono que Remus utilizó conmigo, que ya no me sorprende su reacción. Sé lo fingida que fue.

-Gracias -me sonrió.

¿Viste cuando uno sonríe forzadamente y es tan mal actor que todos se dan cuenta? Bueno, eso fue lo que le pasó.

-Y... ¿Estás feliz con ella?

-Sí... bah... ¿Qué se yo? Normal...

-¿Quién es?

-Se llama Emma, es de mi casa.

-¿Una chica callada y tímida?

-Sí, ella.

-Buena chica... confiable.

-Lo sé.

Y luego nos quedamos hablando de cualquier otra cosa.

Pero... no sé que pensar. No sé si me lo dijo porque ya soy historia, y quería que lo sepa; o porque quería ver mi reacción... o... no sé...

Si el quiere arreglar las cosas... es un buen chico, yo nunca quise perder su amistad... así que esto podría considerarse bueno.

Me pregunto qué dirá Severus de todo esto... desconfiará, obviamente, y se pondrá celoso... pero ya veré.

25-01-84
Querido Diario:

Lo que sucedió hoy a la madrugada, significa que verme con mi novio a escondidas a las tres de la mañana, no es garantía de nada. Lo que más temía, se volvió realidad. Nos descubrieron.

Fui a verme con Severus, como es de costumbre. Y estábamos charlando, como es de costumbre:

-Y nada, eso es todo –concluí-, como verás, no hay mucho que contar.

Pero él había estado sombrío toda la noche.

-¿Qué sucedió con Dark? -preguntó, mirando el piso fijamente.

-Nada ¿Por qué lo preguntas?

-Los vi, en los terrenos... hablando... luego de tanto tiempo.

-Bueno... no podía decirle que se fuera así porque sí. Él vino amablemente a hacer las pases. Quiere que seamos ami...

-¡Quiere algo más! ¡Y tú lo sabes! -interrumpió- ¡No quiero que le des espacio de pensar que tiene oportunidades contigo!

-Él sabe que no es así. Me lo dijo. Y además está con Emma.

-¿Emma? ¿Esta chica callada y tímida?

-Esa misma.

-De todos modos, eso no significa nada. Si él llegara a pensar que tiene alguna oportunidad, la dejará inmediatamente, y se jugará por ti...

-¿Cómo hiciste tú?

Sí, ya sé, golpe bajo.

Me miró seriamente. Y luego retiró la mano con la que me abrazaba.

-Nunca dejarás de echármelo en cara ¿Verdad? -dijo con voz débil. Me sentí culpable-. Ya te he dado una fecha para que hagamos esto público, y sabes lo difícil que es esto para mi... y para ti. Estoy tratando de asumirlo desde ahora y hacerme la idea de lo que está a punto de pasar. Si esto sigue así, tal vez no haga falta que hablemos...

-¿Hablas de no llegar juntos al 5 de Febrero?

No contestó, y no hacía falta.

-¿Tan poca fe nos tienes?

-No, no es así. Pero hay tantas cosas que nos separan, que a veces me parece imposible que estemos juntos...

-El que estemos a pesar de todo, es buena señal.

Me sonrió, y me abrazó.

-Me alegra pensarlo –pausa-. Has lo que quieras con Dark, no importa. Si se quiere jugar por ti, que lo haga.

-Porque eso no quiere decir que vaya a romper contigo para irme con él.

-Exacto.

-Y rechazarlo, si eso sucede, va a ser muy difícil. Por eso solo tengo que marearlo y confundirlo, como hice contigo.

Se rió y me dio un beso.

-Mientras esa confusión le dure hasta el 5 de Febrero, no hay de qué preocuparnos...

Nos quedamos ahí un rato más. Creo que luego de una pelea, lo mejor que puede pasar, es que se solucione en el momento. Si hubiera tenido que esperar hasta la noche siguiente para ver lo que pasaría entre nosotros, me habría quemado la cabeza pensando y pensando, analizando cada posibilidad, e imaginando 10.000 discusiones probables, para ver cuál era la más aproximada, y terminar descubriendo que por muy próxima que sea, no tiene nada que ver con lo que sucederá en realidad.
Pero por suerte, las cosas entre nosotros terminaron bien, y no tengo que pensar en eso.

Aunque a cambio, tengo muchas otras cosas en qué pensar. Estábamos lo más bien, besándonos esa misma noche, cuando escuché:

-¡SARAH! ¿Qué...? ¿Cómo...?

Descubiertos...

-Eh... yo... él... -comencé.

Ambos nos pusimos de pie.

-¿Cómo es que tú...? ¿Y él...? ¡Mentiste!

-No, bueno, sí... pero... escúchame. No es tan así como crees. Íbamos a decirlo, pero dentro de unos días y luego...

-¿Será posible que cada vez que las cosas se arreglan, puedas hacer algo para provocar un huracán? ¿Qué la muerte no te ha enseñado nada?

Todos con lo mismo... maldita muerte...

-Yo... no tenía opción... tienes que entender...

-¿Entender qué? ¿Qué nos mentiste a todos? ¿Que mientras lo insultabas de día, lo besabas de noche? ¿Has pensado en nosotros?

-Claro, y eso era lo que hacía más difícil todo esto... no quería herir a nadie...

-Eres una...

-¡CUIDADO CON LO QUE VAS A DECIR! -interrumpió Severus.

-¡Tú cállate, maldito infeliz! -le contestó- Y tú, Sarah, eres una caja de sorpresas. Nunca creí que podrías desilusionarme así...

-Por favor, escúchame...

Pero se fue, no escuchó razones. Instantáneamente, comencé a llorar. Severus me abrazó, me contuvo, me consoló. Dijo que nada pasaría, y que tenía que hablarlo al día siguiente, antes de que todos se enteren, pero que si lo encontraba en la Sala Común al volver, que lo mejor sería hablarlo antes que lo comente con alguien.

-Pero, mi amor... ¿No es mejor aprovechar esta oportunidad para que todos se enteren de una vez?

-Solo unos días más... solo un poco...

Y me convenció. A estas alturas, era lo mismo. Y yo también tenía que asimilar unas cuantas cosas antes de que todos lo supieran.

Que él nos haya descubierto, había sido un sorpresivo golpe duro, pero me sentía un poco más liviana, por el hecho de no tener que sentarlo y decirle todo. Aunque tendría que explicarle cómo fueron las cosas, es más fácil cuando comenzaba hablar, sabiendo que él sabía... ¿Se entiende?

Me costó mucho despedirme de él anoche, e irme, sabiendo lo que me esperaba en la Sala Común, porque conociéndolo, me esperaría ahí...

Mientras caminaba a la Sala Común, pensaba en lo que le diría, en cómo se lo diría, y cómo lo convencería de callar. Era algo muy difícil para él, yo lo comprendo. Una situación en la que a nadie le gustaría estar. Y sin embargo...

¿Qué haría? ¿Me cubriría unos días? ¿O por despecho y orgullo correría a contar el chisme del año? No lo sabía, no podía adivinarlo. Y aún ahora que ya he hablado con él, me cuesta creer que todo esto haya sucedido.

Entré a la Sala Común. En un primer vistazo, no lo encontré. Fui hacia la escalera, y escuché:

-Sarah, tenemos que hablar....

Volteé, y ahí estaba él. De pie junto al fuego. Mirándome con severidad y tristeza.

-Tenemos que aclarar todo esto de una vez... antes de mañana...

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