sábado, 5 de diciembre de 2009

Episodio XIII

7-12-84
Querido Diario:

Hoy tuve con él un encontronazo. Estaba por los terrenos, caminado con los chicos, yo iba en una punta, y él en la otra. Casi no nos habíamos mirado en todo este tiempo. Los chicos, empeñados en que las cosas se arreglen, o se terminen de romper, nos dejaron a solas.

Se hizo silencio. Y muy tenso.

-Y… ¿Cómo va todo? –preguntó.

-¿Tratas de fingir que no ha pasado nada?

-Es que nada ha pasado…

-¡Oh, vamos!

-Es en serio… bueno, nos descubriste, pero no tiene nada de malo.

-Yo no dije que tuviera algo de malo, pero es raro...

-¿Qué tiene de raro?

-¿No lo notas?

-¡Estás celosa!

-No, para nada…

-Sí ¡Eso es lo que sucede! –dijo-. Sabía que esto pasaría, pero fuiste tú la que rompió conmigo, y tengo derecho a hacer mi vida… tú misma me lo dijiste.

-No, estoy celosa, Canuto, es en serio, es solo que…

-No tiene nada de malo, ni de raro que lo sientas, es normal…

-No te vengas a hacer el maduro conmigo y guárdate el tonito condescendiente ¿Me oyes? -respiré profundamente-. Si quieres entender lo que siento, déjame explicarte, y si no, bueno ¡Quédate con la idea que quieres! Piensa que estoy celosa, piensa que desearía que no estuvieras con nadie y vivieras sólo entorno a mí y mis decisiones. Pero no es así…

Di la vuelta para irme, pero no me dejó:

-Explícate, entonces.

-Claro. Pero antes te digo otra cosa: hay veces que eres insoportable. No te ponías así desde la otra vez que…

-¿Cómo?

-¡Desde que estabas con Kat, para molestarme! –disparé-. Pero no es eso lo que te quiero explicar… -tomé aire- más allá de lo que pase entre ella y yo, o entre ustedes, es rara la situación de ver a un amigo en... es decir, es incómodo. ¡Más cuando sé que no la quieres!

-¿Quién dice que no la quiero?

¡Oops! Mandé al frente a alguien...

-Pero si te digo que es raro, no es por nada hacia ti… ¿Cómo te sentirías si yo anduviera con Severus?

Para que se vaya haciendo la idea. Se horrorizó.

-No, eso no.

-¿Por qué no? Tú eres libre de andar con mis enemigas, porque no es raro… yo soy libre de andar con tus enemigos, porque no es raro. En más, si quieres te puedo dar fecha y hora de un manoseo para que vayas a ver, y luego me dices qué tan cómodo es.

-¿Estás diciéndome que andas con él?

El tonito iracundo, y la mirada fogosa y destrozada, me hicieron volver a la realidad. ¿Cómo pude hablar de más? ¡todo estaba tan bien hasta que mandé la afirmación de la fecha y la hora bla bla bla... ¿Aprovechar y decir la verdad?

-¡No! ¡Yo no dije eso! ¡Estaba hablando hipotéticamente! Si estuviera con él, hubiera manoseo, te podría dar fecha y hora de...

Sí, claro, decir la verdad. ¡Por supuesto!

El negó lentamente, tratando de recordar mis palabras.

-Juro que parecía que estabas haciendo afirmaciones. No, tú no puedes enamorarte de… él.

-¿Por qué no, Canuto? Soy mujer, estoy sola, paso mucho tiempo con él… hay muchas posibilidades de que algún día descubra que me gusta…

Sí, soy tan idiota como para seguir dándome oportunidades de embarrarla de nuevo.

-Pero, no, no puede ser…

-Basta, Sirius, no quiero seguir con esto…

No estuvo tan mal, ahora que me pongo a pensarlo. Tal vez, todo esto le pegó fuerte, pero mejor que se prepare para la noticia. Si tengo viento a favor, quizá pronto tenga que dársela…

En cuanto a Lunático, que él sepa no es tan malo. En una de esas, se le da por cubrirme y ya tengo a 2 de mi lado, para ayudarme a esconder todo esto. Aunque de todos modos , tengo que ser más cuidadosa… no debo volver a quedarme toda la noche fuera.

En cuanto a la reunión Navideña en Hogsmeade, todavía no se sabe nada.

9-12-84
Querido Diario:

¿Para qué te lo digo, si de todos modos lo voy a hacer? Es una gran pregunta, ojalá algún día sepa la respuesta.

Sí, otra vez pasé la noche afuera, y me quede con Severus. No pude evitarlo, mientras anochecía yo pensaba: “Me voy dentro de quince minutos”. Pero cada vez que pasaban, me auto-pedía otros quince. Así se hicieron las diez de la noche. Luego empecé a pensar… “Si pase lo que pase, cuando se pasen los 15 minutos, me voy a pedir otros… ¿Para que sigo con esto? Me quedo y punto ¿Qué importa lo que pase después?”

Y era completamente cierto. En ese momento yo estaba tan feliz, que no me importaba nada… no me importaba que al día siguiente todos supieran que ambos habíamos estado fuera en la noche, no me importaba que Sirius lo supiera, y menos ahora que sabía que andaba con Kat. Yo te juro que en ese momento, no me importaba ninguna catástrofe que pudiera desatarse… ya todo daba igual…

Ni te digo lo que me dijo Lunático hoy. No le gustó nada, claro está. Encima que discuto con nuestro amigo, me voy con Severus, y dejo todo al descubierto “como una irresponsable que espera que salten otros a tapar sus errores…” Así me definió él…

-¡Tú, no lo entiendes! -le dije.

-¿Qué es lo que tengo que entender? Te fuiste, a pesar de lo que te dije la última vez… ¿Sabes lo que pasaría si todos se enteraran?

-No, la verdad que no quiero ni pensarlo…

-Pues, si sigues con ese comportamiento, lo averiguarás…

Silencio.

-¿Los chicos dijeron algo?

-No, nada…

-Bien, entonces, no hay de qué preocuparse…

-Aún…

-Como sea, no importa…

Estábamos sentados en el sillón de la solitaria sala común. No sé que hacíamos ahí en un día tan bueno… pero la verdad que no había un lugar mejor para hablar con la tranquilidad de que nadie va a escuchar.

Por otro lado, se confirmó la reunión Navideña. Es para mayores de quinto y con autorización de los padres o tutores. Es más que obvio que no puedo pedir autorización a mis padres, y recurriré a mi madrina para conseguir el permiso. Me salvé de suerte.

En fin, me voy por ahí.

- - - - -

Hablé demasiado pronto. ¿Me salvé? ¿De qué? ¿Ir? ¿Yo, la que no tiene pareja? Afrontémoslo. No es el tipo de reuniones a la que uno va solo a ver que onda. Es el tipo de reunión en el que uno no puede ir solo porque sería tristísimo y enterrarse vivo popularmente hablando. Y además, yo no soy la clase de chica con la que todos querrían salir así que... salvarse sería que se suspenda.

Claro que siempre está la opción de no ir, o ir a casa en Navidad. Pero para eso tendría que desmentirle a mi mamá que es obligatorio quedarse. Y aunque lo hiciera ¿Para qué querría pasar las fiestas con ellos? Sería lo mismo que si lo hiciera Sirius.

No ir y quedarme con los de cuarto, tercero, segundo y primero, que tampoco vayan a sus casas, es la mejor de las peores opciones. Lo aclararé diciendo que sólo lo haré en caso de que no se cumpla ninguno de los dos milagros que necesito:

1) Que Severus me invite (pero afrontémoslo, eso nunca va a pasar)

2) Que cualquier otro chico me invite...

Mis opciones están en el rango que va desde “Sencillamente imposible” a “Increíblemente poco probable”, sin dejar de hacer escala en “Ni lo sueñes”. Lucius Malfoy bailará con una remera que diga “Amo a los muggles” antes de que eso suceda.

10-12-84
Querido Diario:

¿Viste que te dije que si no me invitaba alguien, no iría? Bueno, tuve una oferta no esperada o… tal vez dos.

Hace tiempo que no me peleo con nadie fuera del grupo ¿Lo has notado? Hace rato que no tengo problemas con Slytherin… y eso incluye a Lucius, con quien tuve un par de roces cierto día de lluvia, pero nada serio. Pues, después de lo que le dije hoy, se va a poner serio. Todo lo que me dijo Severus fue verdad, definitivamente, él piensa que estoy enamorada de él.

Hoy en clase, no pude evitar cruzar mirada con Malfoy. Te juro que fue inconsciente, yo estaba pensando cómo vengarme del rumor que él esparció. Cuando me di cuenta, lo estaba mirando… y se dio cuenta.

A la salida de la clase, Lucius se me acercó mientras yo hablaba con Lunático. Cornamenta y Colagusano habían faltado a clase, y Canuto se fue directamente con Kat. Por ende, yo estaba sola con Remus.

-Supongo que pondrás un anuncio… -saludó Malfoy, en un gruñido a mis espaladas.

-¿Eh? ¿Me hablaste? -pregunté.

Severus estaba detrás de él, junto con el otro par de estúpidos.

-Sí… te haré una pregunta… ¿Cómo harás para conseguir pareja? ¿Pondrás un anuncio o hechizarás a alguien?

Para mi sorpresa, Lunático sacó la varita. Él trata de no pelear (es prefecto, no le conviene), y solo hace eso cuando de verdad está enojado. Pero Lucius no retrocedió.

-Ya todos tus amigos tienen con quien ir… y salvo que le hagas a alguien la Maldición Imperius, no veo forma de que consigas pareja…

-No conoces mi vida, Lucuis, de modo que es muy difícil que aciertes…

-Pero no te preocupes, soy una persona de buenas acciones… si prometes no hacer el ridículo, te permitiré ir conmigo…

Me quedé helada.

-Por supuesto -contesté, él sonrió.

Tras él Severus parecía horrorizado, como si fuera cómplice de un plan por la fuerza… y de hecho, estoy segura de que eso era lo que pasaba.

-Espérame tres horas, ni un minuto más, ni uno menos… y si de casualidad nunca llego, ve empezando a bailar sin mí. Y si por alguna razón te enteras de que huí del castillo, dejándote una nota que diga “¡Ja!”, no tiene nada que ver contigo.

Alto sarcasmo.

-No te recomiendo que rechaces ofertas como si te llovieran… te arrepentirás de esto ¿Sabes? Cuando te quedes en tu habitación, sola en Navidad… y todos estemos en el pueblo, disfrutando del baile…

-Preocúpate por ti, y no por mí…

-¿Qué no te das cuenta de que nadie irá contigo?

-Te equivocas… -pero no había respondido yo, ni Lunático (Y desde luego, tampoco Severus).

Un chico de los espectadores de Ravenclaw, había dicho eso mientras daba un paso al frente. Era de séptimo… ¡Y era hermoso!
No de verdad, muy, muy, muy lindo ese nene. Alto, de pelo castaño y ojos grises… piel blanca, mirada deslumbrante, nariz perfecta, orejas perfectas, perfecto… sin vacilar se me acercó y me dijo frente a Lucius:

-¿Te gustaría ir al baile conmigo?

Estaba anonadada.

-Claro, iré contigo…

El chico miró a Lucius, que estaba furioso. Pero en ese momento llegó McGonagall, (que venía del salón de profesores, y se dirigía al aula de Transformaciones), y nos mandó a cada uno a su sitio.

Mientras el área se despejaba, me quedé hablando con él, que se llama John Dark…

-Gracias por defenderme…

-¿Defenderte?

-Sí, de decir eso para taparle la boca a ese id…

-¿Qué? No, no fue por eso… la invitación era de verdad, hace rato tengo pensado pedírtelo, pero solo creí que este sería el mejor momento…

-Lo fue, gracias…

-Bueno, tengo que ir a Pociones, luego nos vemos…

-Bueno, adiós.

¡Esto es tener verdadera buena suerte!

15-12-84
Querido Diario:

Lily no lo puede creer. Me dijo que lo conoce y que gustó de él durante dos años, cuando estaba en segundo.

Hoy estuve hablando con John Dark, un rato largo. Me lo encontré en el patio. Bah, en realidad, él me encontró a mí, y me saludó. Nos quedamos charlando de estupideces, desde vacaciones hasta pantalones, hablamos de todo…

Ah-sí, hablamos de pantalones. Me dijo que le gustaba mucho mi “estilo”. Es el primero, en mi vida, que me dice algo así.

-Y además de hacer la mejor música que he escuchado, es un tipo que tiene estilo. Como tus pantalones… -comparó.

-¿Eh? ¿Qué te pasa con mis pantalones?

-Nada, me gusta tu estilo.

-¿Estilo?

-Sí… todas las chicas de este colegio los usan ajustadísimos, parece que hicieran competencia para marcarse el cuerpo más que las demás. Eres la única de este lugar que no se preocupa por eso, usas los pantalones caídos, tienes una mirada más profunda…

¿Música? ¿Estilo? ¿Pantalones? ¿Miradas profundas? ¡Con razón hablamos tantas cosas, con la velocidad que cambia de tema...!

-¿Te parece?

-Sí, en todo el tiempo que llevamos caminando por la orilla del lago, jamás mencionas de moda, maquillaje, peinados… te sonrojaste.

-¡Bromeas!

Me ardía la cara, y sentía un calor tremendo. Y eso que caía agua nieve y había viento. Nos metimos al castillo y seguimos caminando por un corredor. Yo me había adelantado un poquito, porque me cedió el paso en la puerta. Él puso la punta del dedo en mi tatuaje.

-¿Cuándo te hiciste eso?

-Hace unos días.

Odio decir esto, pero James tenía razón. Cada vez que hablamos de los hombres y las mujeres, él dice que ningún hombre hace nada bueno por una si no saca provecho de ello. Hasta ahora yo decía que no era cierto, que el mundo estaba lleno de caballeros. El me contestó:

-Sarah, no seas ingenua. Cuando les acercamos la silla, es para caerles bien y conseguir un beso más tarde; cuando las ayudamos a llevar una carga pesada, es para demostrar que somos fuertes; cuando les cedemos el paso, es para mirarles el cuerpo desde su mejor ángulo sin que lo noten... la caballerosidad es un mito.

-¡No es cierto! ¡Ustedes hacen todo eso por mí y ninguno de ustedes hace esas cosas!

-Es que no te consideramos una mujer, Sarah.

Sabes bien dónde está mi tatuaje. Adivina hacia donde se movían los ojos de Joda cuando se toparon con él. Queda comprobado, James estaba en lo cierto.

-¿Quién te lo hizo?

-Sirius Black.

-Ah, él…

-Sí ¿Por qué?

-No, nada… olvídalo.

Se hizo silencio. Luego dijo.

-Hace rato que quería hablar contigo. Ya sabes, acercarme… pero estabas todo el tiempo con Potter y Black… y yo no quería problemas, no quiero acabar como ese pobre infeliz de Quejicus.

¡Espérate un minuto! ¡No te metas con mi hombre!

-Ah-sí, él… ni hablar –dije rápidamente como si tuviera miedo de que leyeras mis pesamientos.

-Tú también eras su enemiga… ¿Que pasó? De un día para el otro se hicieron amigos.

-¿Amigos? No, para nada…

-Pero ya no se pelean…

-Pero tampoco somos amigos, no. Todo pasó cuando me peleé con Potter. Fue entonces cuando me di cuenta de lo feo que era lo que hacíamos…

-¡Ah, sí! Recuerdo una vez que lo defendiste de tus amigos. Nadie entendía lo que pasaba. Pasaste de ser la siniestra chica que maltrataba sin motivos, a la heroína, capas de enfrentar a sus amigos por una buena causa…

-Solo lo exageras…

-Son los rumores. Pasajeros, pero dejan huellas... se supone que te han gustado Potter, Black, Lupin, Malfoy, Snape…”

-¿Snape?

-Cuando lo defendiste se expandieron una serie de rumores al respecto, pero duraron muy poco tiempo. Después de decir que eran novios a escondidas para que no los agarren los de Slytherin y Gryffindor, se comenzó a decir que solo lo habías hecho para contradecir a Potter, y que ahora no te molestabas siquiera en mirarlo. Después Malfoy comenzó a decir que estabas muerta con él. Más tarde, no sé por qué, decían que eras lesbiana.

-No sé que me asombra más: Que hagan tantos rumores, o que los recuerdes.

-Sarah, las cosas se hablan de todas las personas. Nadie está a salvo de los chismes. Pasa que tú sólo te enteras de que los que se tratan de tí.

-Pero curiosamente me entero cuando pasó mucho tiempo.

Le conté lo que de verdad había sucedido ese día, es decir, por qué se decía que yo era lesbiana. Le hizo mucha gracia.

Como terminó el recreo, no pudimos seguir hablando, porque tenía que entrar a clase… y yo también.

-Vamos, te acompaño al salón.

-Mmm… no. No voy a ir a clase, no se me antoja ir a Historia de la Magia. Pero en un par de horas iré a encantamientos.

-Bueno, si tú no vas a tu clase, y no voy a la mía.

-No sé… no quiero ser una mala influencia para ti -bromeé.

-¿Te parece?

-Sí, no quiero dejar de ser La Heroína. ¡Si faltas por idea mía, los alumnos de este colegio son capaces de decir que intenté asesinarte para vender tu varita por cinco Galeons.

-¡Oh, no!

-Era un chiste, no planeo matarte.

-No lo decía por eso, acabo de recordar que tengo un examen de botánica, no podré quedarme contigo.

-No, hay problema, nos vemos luego…

-Está bien, adiós…

-Adiós.

Pero no, no termina. Una mano cayó en mi hombro.

-¿Espiando? -le pregunté.

-Más bien, esperando. Últimamente no te encuentro nunca sola…

-Y debo suponer que con “nunca” te refieres a estos seis días. ¿Y me seguiste todo este tiempo solo porque sabes que es tu única oportunidad para verme, porque mañana huyo de Hogwarts? Era mentira lo que le dije a Lucius, no tengo pensado irme.

-¿Podríamos dejar el sarcasmo de lado?

-Como quieras…

-No, no te seguía todo este tiempo por creer que te fueras del colegio. Es solo que… tenía ganas de verte…

Es un tierno, al menos cuando cae en la desesperación porque cree que otro está por conquistarme. Así y todo, tratándose de él, es un avance.

-Y controlar.

-Tal vez.

-¿Otra vez? ¿Que no te dije que pase lo que pase no dudes de mí?

-¿Quién duda de ti? ¡Yo dudo de él! ¿Sabes hace cuanto gusta de ti?

-No.

-Desde el primer día de clases.

-¿EH? ¿Estás loco?

-No, él mismo me lo dijo. Hace cinco años, cuando subí al tren, él fue la primera persona con la que hablé. Cuando estábamos esperando en el Gran Hall, antes de la selección, él me dijo: “Me gusta esa chica” y te señaló. Yo le pregunté cómo podía decir eso, si era la primera vez que te veía… y me contestó “porque es distinta a las demás”.

-No te lo puedo creer, es imposible…

-Es el famoso amor a primera vista… desde entonces está enamorado de ti…

-Bueno, eso explicaría por que está tan al tanto de los rumores sobre mí…

-Ah, de eso estuvieron hablando…

-Es realidad de todo un poco ¿Sabías que le gusta mi estilo? ¡Es el primero en decirme algo así! -le sonreí al aire, pensando en la alegría que sentía cuando me dijo eso y exagerando un poquito para poner celoso a Severus. Su rostro se ensombreció levemente.

-Eso no quiere decir que sea el único que lo piensa -gruñó.

Me fijé alrededor controlando que no hubiera nadie más cerca, y agarré suavemente su mano.

-No te pongas así –le sonreí. El, para variar, no dijo nada.

El resto del tiempo lo pasé con él. Nos sentamos donde antiguamente hacíamos la tarea, y a la hora de almorzar, comenzamos a caminar hacia el lejano castillo.

Cuando estábamos llegando, escuchamos voces conocidas. Rápidamente, me escondí detrás de un arbusto, y a continuación, doblaron en la esquina Lucius, Crabbe y Goyle.

-¿Dónde estabas? ¿Por qué no fuiste a Historia?

-No me dio la gana.

-¿Es eso, o que Potter y el resto te están dando miedo?

-No es eso, y lo sabes.

-Tranquilo, era una broma.

-Está bien… ¿Me perdí de algo?

-Nada, importante. Ah, con respecto a tus enemigos, hoy iban a molestarte, porque tu Defensora de Sangre Sucia, también faltó. No les gustó que no fueras. Ustedes dos fueron los únicos ausentes, lo cual es sospechoso…

-¿Qué crees? ¿Que la tengo en el bolsillo?

-No soy yo el que sospecha. Vamos a almorzar, sea lo que sea es tema de ellos…

Se fueron. Luego, me escabullí en el castillo, por uno de los pasajes, y fui a la enfermería. Le pedí a la enfermera una poción para el dolor de cabeza, de esas que se toman con las comidas. Y fui al Gran Comedor. Pasé, miré rápidamente, y vi que Malfoy y Snape ya estaban ahí.

Los chicos sospechaban, y no se molestaron en ocultarlo.

-Nos entregaron el trabajo de la otra vez, te sacaste un Excedente de Expectativas -informó Cornamenta.

-El profesor Binns no podía creerlo, dice que de todos los EE, el tuyo fue el mejor… lástima que no estabas para escucharlo -exageró Canuto-. Ni tú, ni Quejicus fueron a Clase hoy.

-¿Ah, sí? ¡Qué loco!

-Sí, eso mismo ¿Dónde estabas?

-En la enfermería -saqué la poción del bolsillo, y se las mostré-. Entre que me dolía la cabeza, y que nos tocaba Historia, me estaba muriendo. Me acosté a dormir, para ver si se me pasaba, y como eso no pasó, fui a la enfermería.

-¿Y? ¿Se te pasó el dolor de cabeza? -preguntó una voz detrás de mí.

Lily acababa de llegar. ¡Es una ídola! Ella no sabía nada, pero reconoció el frasco de poción en mi mano y supuso que esa era mi mentira.

-Fui a buscarte a la enfermería, pero me dijeron que recién te ibas.

-Sí, eso fue lo que pasó, me fui rápido para ponerle esto al almuerzo, no doy más.

Cuando nadie miraba, cambié mi plato por el de Peter. Si uno lo toma y no le duele la cabeza, le agarra dolor de panza. De este modo, verifican que uno no falte a clase mintiendo. Por eso fue que le pedí una poción que se mezcle con la comida, así no tendría que tomarla delante de la enfermera. Pobre Peter, le dolerá mucho… pero bueno, cosas que pasan.

Ahora estoy en Encantamientos, no tenía nada mejor que hacer que, que escribir, así que…

Ah, hoy en el almuerzo, Lily me pateó por debajo de la mesa… eso quiere decir que tiene algo importante que decirme… veremos que es…

No hay comentarios:

Publicar un comentario