lunes, 12 de septiembre de 2011

Capítulo 16 --- Episodio XXIII

07-07-88

Querido Diario:

En primer lugar: ¡AHHHH!

En segundo lugar: Hola tanto tiempo, soy yo de nuevo.

¡UAU! Créeme que desde que pasó lo que pasó hace tres años, nunca pensé que volvería a escribir. En general, pocas veces pensé en mi futuro... como sabes soy más del tipo de “vivir el presente”, así que se podría decir que no tenía nada planificado. Sé que estoy escribiendo bobadas, no creas que no me di cuenta, es solo que... me cuesta empezar. ¿Sabes hace cuánto que no escribo? ¿Lo sabes? ¡Pues deberías saberlo para algo pongo las fechas arriba!

Y las cosas han cambiado tanto... para empezar mi relación con Severus no solo es pública, sino que en estos años la gente ha tenido tiempo de acostumbrarse. Igual ya no importa porque dejé Hogwarts. Pero hablemos de ti. Eres un cuaderno, tus tapas son duras, y tienes hojas. Terminé. Ahora volvamos a hablar de mí. No digo que soy el As de la aventura, pero al menos no soy un objeto inanimado.

En realidad, debería ponerme un poco más explicativa. Más allá de lo innecesario que es escribir un diario, ya que voy a hacerlo, mejor hacerlo bien. No dejé Hogwarts, solo perdí los exámenes finales por problemas de Salud. Sé que podía darlos este año, y el año siguiente, pero si quisiera los estaría dando en ese momento ya que es una de las fechas...

Francamente, no me interesa en lo más mínimo terminar el colegio. Terminé de cursar, así que ya sé todo lo que necesito saber sobre magia, no quiero un papel que lo certifique.

Y sí, sé que si tuvieras un cerebro o por lo menos la capacidad de pensar con alguna de tus hojas, estarías pensando que no es por el papel, pero que es importante tener el reconocimiento de estudios terminados para el futuro y conseguir trabajo. Ya me lo dijo Lily, así que no te gastes porque ella es mi mejor amiga y no le hice caso, así que menos te lo haré a ti que no puedes lanzarme un maleficio.

Lily... Lily está casada con James. Sé que suena loco, yo tampoco lo creería si no hubiera estado allí. De todos modos llevaban un par de años saliendo. Empezaron en 7º. Sí, la verdad que tratándose de que Lily gustaba de él desde 5º se nota que estos chicos saben dilatar las cosas... bueno, yo no puedo hablar mucho porque Severus y yo no fuimos los más veloces del mundo. Hoy me causa mucha gracia recordar la de vueltas que dimos para ponernos de novios...

James... James está casado con Lily. Supongo que hasta un libro sin cerebro como tú lo había deducido.

¡Ja! Sí, sé que estoy agresiva, pero así se me hace más fácil escribir. Al menos si Canuto decide leer este, no quedaré como la idiota que dice “Oh, diario, querido diario ¿cómo podría vivir sin escribir?”. Más allá de que sea cierto, no quiero que él lo sepa.

Peter... ¿quién sabe? No lo veo más que en mi cumpleaños o el suyo. Se podría decir que es el apogeo de nuestra relación: llegamos al punto que no son necesarias las palabras para que ambos seamos felices.

Remus... EL es un dulce como siempre. Nos vemos bastante seguido. Bah, en realidad lo bastante seguido que su trabajo y estudio lo permiten. No, no es que sea un retrasado y aún esté en 5º, pero es un chico realmente estudioso y está haciendo Post Grado en Defensa Contra las Artes Oscuras. Me parece adecuado, según ciertos rumores puede que lo necesitemos. Yo lo haría, pero no puedo porque no terminé 7º. Perdón que lo repita tanto, pero a mi me lo recuerdan a cada rato y con alguien tengo que desquitarme. Severus, él no se gasta en decirme nada al respecto, porque sabe que no cambiaré de opinión.

De los rumores no vale la pena ni que hablemos, porque no creo que se trate de algo real. Bueno, al decir verdad nunca fui muy unida a ese tipo de cosas... me molestaban mucho cuando estaba en Hogwarts, y ahora no va a ser distinto. Haré lo que Dumbledore jamás haría: Creeré lo que dice el Ministerio, hasta que algo me diga que es mentira.

¡Cielos! ¡Sí que es difícil empezar a escribir!

Por lo pronto hubo un tema que quedó medio colgado. Si no estoy en el colego y jamás de los jamases regresaría a casa... ¿dónde estoy? Estoy viviendo con Severus. Perdona que no te o dije, pero no lo consideré relevante, ah no... Lily era la que solía decir eso. Recuerdos... ¿recuerdas? ¿Cuando Joda gustaba de mí, todo el mundo lo sabía, y la señorita no me lo contó? ¡Ja! Pero volviendo al tema este... sí, vivimos juntos.

Todo se decidió muy rápido por un problema con mi familia, del que por supuesto no voy a hablar porque no me gusta para nada hacerlo. No lo hice nunca y no voy a hacerlo ahora. No tiene sentido grabar en estas memorias las cosas que no quiero recordar.

La cuestión fue que terminando 7º, más precisamente, en la Ceremonia Final, Severus me propuso casamiento. Esa misma noche le prometía Sirius que lo dejaría ser mi ángel de la guarda en caso de que Severus no me hiciera feliz. Cosa que, desde luego, no sucedió ni podría suceder... estamos tan bien juntos... pero de nuevo dejé temas sin su debida explicación...

Severus y yo les comunicamos a mi familia (la del está muerta, otro tema para explicar más adelante) todo el tema de casarnos, la noticia fue mal recibida, pim pam pum... pedimos un préstamo en Gringotts y estamos pagándolo. Pero la casa es nuestra. Está en Hogsmead, así que tengo el colegio cerca por si algún día quiero volver a algo más que ver a Albus.

Lo de su familia muerta... bueno, hay una parte que es muggle, a la que él nunca consideró viva y que fingimos que no existe. A parte de eso, estaba su madre. La vi solo una vez, pero jamás la olvidaré. Recuerdo que era el verano entre 6º y 7º, cuando fui a su casa por primera vez. Como tú sabes yo me quedaba los veranos en Hogwarts, así que verlo me quedaba medio complicado y más que nada nos mandábamos cartas.

Un día, aquel día, arreglamos para vernos. Él no estaba muy cómodo con la idea, y yo lo sabía muy bien, pero no podía seguir posponiéndolo. En algún momento teníamos que conocernos... ya íbamos de novios más de un año y medio.

Fui a su casa un día de calor y mucho sol. Me abrió la puerta y lo primero que noté era que estaba tieso e incómodo. No hablaba, y a duras penas me sonrió al verme. Antes de presentarme, cuando estábamos en el recibidor, me dijo:

-Cuando te dije que mi madre no hablaba... no estaba exagerando, estaba diciéndote la pura verdad.

-Entiendo.

-Ella escucha y comprende lo que escucha, así que basta con que le hables con total normalidad.

-Bien.

Me quedé mirándolo.

-¿Qué sucede?

-¿No vas a darme un beso? No nos vemos desde hace un mes y no me saludaste...

Su rostro se relajó y me sonrió. Me besó dulcemente y me tomó de la mano. Fuimos a la cocina, donde estaba su madre. Ya sé a quién sale. La piel de ella era blanca y su pelo negro, un negro tan profundo como sus ojos, que eran iguales a los de su hijo. Claro que la nariz, seguramente es como la del padre, pero jamás lo sabré porque no tiene fotografías, obviamente.

Ella estaba sentada delante de la mesa, subiendo y bajando un saquito de té dentro de una taza. Su mirada estaba completamente perdida, y seguro sus pensamientos también, tardó unos segundos en notar nuestra presencia. Cuando lo hizo, simplemente nos miró.

-Eh... mamá.

Silencio, obviamente.

-Ella es Sarah, mi novia.

La mujer simplemente me miró. Era muy rara esa situación, porque... ¿qué hacer? ¿Saludar con puras palabras? ¿Estrechar su mano? Era como saludar un hipogrifo, hacer la reverencia y esperar un saludo un zarpaso.

-Mucho gusto -dije con, aunque no lo creas, timidez.

Ella no hizo más que algo así como una sonrisa, o tal vez lo imaginé.

-Mamá, nosotros estaremos afuera hasta la hora del almuerzo. Vendré a cocinar en un rato, ¿sí? Nos vemos luego.

Se miraban en silencio y luego el decía algo, era como si su madre le respondiera con telepatía, porque cuando él había explicado todo lo que ella consideraba necesario, bajaba la mirada y seguía en lo suyo, mientras Severus hacía lo que sea que tuviera en mente.

-No sé como explicarlo -me dijo luego-. A veces siento que la necesidad de escucharla durante toda mi vida me llevó a imaginar sus palabras hasta el punto de no necesitar oírlas. O tal vez, sólo lo estoy imaginando.

No quise preguntarle nada. Lo conozco, sé que me dirá lo que necesite expresar, sin que yo tenga que presionarlo con preguntas. Tal como dijo que haría, cocinó... ¿puedes creer que cocina? O lo hacía entonces, ya que ahora es mi tarea como ama de casa, pero si no lo olvido lo explicaré luego.

En un momento, me quedé sola con su madre en la cocina, lo que fue de verdad incómodo, pero para que no parezca que yo la creía loca, decidí hablarle. Era extraño porque no sabía cuando era bueno dejar de hablar y escuchar su “telepatía” y temía estar hablando demasiado. Luego de diez minutos, ya sentía que la escuchaba, o que había desarrollado la capacidad de imaginar su voz y sus pensamientos... igual no hablé de muchas cosas, Severus sólo se ausentó un rato.

En un momento estaba contándole algo gracioso que había sucedido con su hijo y ella sonrió. No lo imaginé.

-La verdad es que Severus es maravilloso, y es lo mejor que me pasó en toda mi vida -le dije.

Súbitamente, ella me tomó la mano que tenía sobre la mesa y me dijo:

-Cuídalo.

No supe cómo reaccionar, y no había pasado un segundo cuando retiró la mano y siguió como si nada, porque se escuchaban los pasos de Severus regresando. Traté de parecer normal, para que él no me preguntara qué había pasado para que yo esté sentada y perpleja.

Nunca quise contarle lo que había pasado. Nunca quise decirle que su mamá me había hablado. Por lo que él me había comentado, en los 16 años que teníamos entonces, su madre jamás le había dirigido más que palabras en su mente, y tal vez el pensaría que había sido injusto que me hablara a mí. Y con tan solo imaginarlo suplicándole a su madre que le hable aunque sea una vez, supe que lo mejor era callarme.

Él jamás le pidió tal cosa, por lo que su madre falleció sabiendo que era un secreto entre nosotras. Bastó una palabra para que aquella melodiosa voz se grabara en mí cabeza. Más de una vez me pregunté por qué no le respondí que sí lo haría, por qué no le dije qué sí lo haría feliz y lo cuidaría... sé que ella sabe, o al menos lo supo entonces, que mi silencio fue por la sorpresa... pero de todos modos me hubiera gustado responder.

10-07-88

Querido Diario:

Ya estoy menos agresiva hoy. No es que haya olvidado contarte de mi presente ayer, es solo que se me había cansado la mano. Nadie podría poner tres años de vida en unas cuantas hojas en un solo día. Lo que pasa es que de hoy por hoy ,no hay mucho que decir.

Me levanto, desayuno con Severus, lo despido en la puerta... sí, como un matrimonio de 40 años... no hace falta que lo digas porque ya lo dijo James.

Claro que lo “Inn” es que las mujeres trabajen y ellos a la mañana salen juntos. A mí me ven como la flaca del delantalcito a volados, la falda de flores, y los ruleros en la cabeza. Pero en realidad no es así. Yo sigo con mis pantalones caídos y remeras ajustadas. Es lo más cómodo que hay.

Luego de que él se vaya, limpio la casa y después almuerzo. Miro la televisión... si es que hay alguna novela, si no, no tiene sentido. Ahora no estoy siguiendo ninguna porque me cansé de ver a José Luis Alberto hechizar a su esposa mientras sus hijos acuden al colegio. La verdad es que no sé quienes hacen los guiones pero se han vuelto muy monótonos.

A veces leo libros, y ahora en vez de eso escribo. De hecho, no leo nada desde que terminé los libros del Señor de los Anillos. Severus no estaba muy contento de que yo leyera eso. Es que los libros me atraparon tanto, que muchas veces él me estaba hablando y yo no lo escuchaba. Por más que se los recomendé, no quiso leerlos.

A veces, escribo cuando salgo a caminar. Por suerte, es la última casa del pueblo, y tras una reja en el patio trasero, hay un gran terreno parecido a los de Hogwarts. Cuando Severus está en casa, a menudo salimos a caminar. Paseamos hablando como solíamos hacerlo cuando éramos más pequeños. Es en esos casos que siento que los años no hubieran pasado.

Y mira nada más... ya estoy hablando como si de verdad tuviera los volados y los ruleros. Lo siento, se que me quedé con esa imagen... pero si tuvieras ojos y me vieras, sabrías lo gracioso que resulta.

- - - - -

Sé que mi vida es... aburrida, pero es lo que hay hasta que consiga empleo. Obviamente los dueños de Honeyducks me ofrecieron un lugar, pero me gustaría un trabajo un poco más... entretenido que venderle golosinas a los borregos que no han terminado el colegio aun (digo, que no tienen edad para terminar el colegio aún). Y no digo que sea un mal trabajo, de hecho es respetable. ¿Qué hubiera sido de mi vida si ellos no me hubieran vendido golosinas? No se puede sin ellos.

De todos modos, no es que espere un trabajo de alto grado, teniendo el secundario incompleto. Pero por lo menos algo menos monótono. Sabes lo feo que es para mí que los días se vayan sin dejar algo especial. Ahora me cuesta un poco manejarlo, si trabajara vendiendo golosinas, sería peor.

Igual, no tengo apuro. Hay mucho para hacer aquí... el día que la casa esté terminada (la estoy construyendo con magia gracias a un libro que compré y estoy leyendo) entonces será más urgente que consiga un trabajo... o me volveré loca de aburrimiento.

Severus no está del todo convencido con que yo construya la casa. El dice que es por miedo a que se nos caiga encima, pero yo se que es porque lo hace sentir menos hombre. En realidad ese es un pensamiento muy muggle teniendo en cuenta que entre ellos es poco común los albañiles mujeres... pero entre magos es distinto. Digo, me parece más femenino quedarse en casa moviendo la varita que salir a trabajar para el ministerio.

Hablando del Ministerio... es increíble la cantidad de gente que termina trabajando allí. La burocracia es moda, por lo que puedo deducir. Los Potter (me encanta llamarlos así) también fueron empleados ahí. Claro que James está en la parte de Deportes y Lily en la de Bienestar Social Infantil. Obviamente ambos puestos empiezan con las palabras “Departamento de...” pero como era de suponerse, no lo dije de entrada.

Remus, como ya te mencioné, esta en estudios de Defensa, pero no trabaja en el Ministerio, sino en una rama de investigación Mágica General, pero más allegada a St. Mungo que al Ministerio.

Y Sirius... Sirius... ¡te encantará esto! Es el modelo masculino del momento. No te das una idea de las bromas que hubo cuando nos enteramos. Fue verdaderamente divertido. Igual a él no le importa, lo comenta con orgullo.

-Te regalan la ropa que modelas. Te desean las mujeres. Te envidian los hombres como Quejicus... la paga es buena. La verdad es que no sabría de qué aspecto quejarme...

Obviamente con tono de “yo el muy macho” y con esa habitual postura relajada. Afortunadamente ese comentario lo hizo en su casa donde Severus no podría escucharlo, porque si no yo habría tenido problemas. No porque fuera mi culpa que él hable así, sino porque... yo me habría visto obligada a defenderlo, y no tiene caso. Ellos no van a estar de acuerdo con nada que yo diga a favor de él, y terminaré peleándome con mis amigos.

Y eso es algo de lo que no he hablado aún... las relaciones entre ellos.

Todos se habían enterado ya cuando terminaron el colegio. Pero es distinto al haber convivencia. Con Lily no hay ni hubo problema. Remus tampoco. James... bueno él sí era, es y va a ser un problema. Por suerte ha madurado y ahora es un problema callado, por lo que no es necesario cerrarle las puertas de casa. Sirius... bueno él es un problema parlanchín, por lo que jamás viene cuando está Severus. No porque yo se lo haya dicho, sino porque él no quiere. No quiso nunca, y no va a querer ahora. Es por orgullo.

Buen punto ¡qué bien que lo preguntes! Una pregunta muy bien pensada para tratarse de Un Objeto Inanimado Carente de Cerebro... ¿Que cómo nos amigamos? Fue fácil. Sólo tuvimos que estar dos años sin hablarnos.

Hicimos las pases en 7º. Las cosas se dieron muy gradualmente. Los primeros meses fueron fatales. El primer año lo fue, al decir verdad... estábamos sin hablarnos, sin mirarnos y sin la menor intención de cambiar las cosas.

La primera mitad del segundo año, ya no había odio ni rencor, pero estábamos muy acostumbrados a estar sin hablar así que no teníamos tema de conversación. Cuando se cumplió un año de nuestra pelea, obviamente, fue para ambos un día negro. Lo primero, fue la sorpresa “¿Ya un año sin que hablemos?”; y segundo, la melancolía y la nostalgia. Me ponía de malas recordar tantas charlas, tantas risas... era extraño caer en la cuenta de que nos habíamos peleado, y que ya no éramos nada y... ¿dónde había quedado todo eso? ¿Cómo habíamos dejado que semejante amistad se fuera? Sin darme cuenta, así fue como lo perdoné, y estoy seguro de que así fue como él me perdonó a mí.

Poco a poco comenzamos a intercambiar monosílabos. Luego frases. Luego enunciados un poco más largos... y hasta llegamos a tener conversaciones. Obviamente de aquellas vacías que uno puede tener con extraños.

-¿Cómo te fue en el examen?

-Creo que bien, para lo poco que había estudiado...

-Claro, igual no era gran cosa.

-¿Tu habías estudiado?

-No. Por eso no me quejo.

Y todas cosas así, nada significativo. Cuando comenzó la primavera, con los chicos pasábamos bastante tiempo estudiando en los terrenos, sentados en ronda debajo de algún árbol, y eso implicaba que ambos estuviéramos en el mismo lugar al mismo tiempo.

Cuando terminábamos de estudiar, nos quedábamos charlando. Un día, se fueron James y Peter a no sé dónde. Luego se fue Remus. Cuando esto sucedía, Sirius normalmente ponía alguna excusa estúpida y se iba también (cosa de la que yo estaba agradecida), pero ese día por primera vez no lo hizo.

Eso me resulto muy extraño e incómodo. Si el Sauce Boxeador hubiera estado ahí, también se habría levantado e ido. Pero la situación no me enojó ni me puso triste. Los últimos días, habíamos hablado un poco más, así que incluso se podría decir que se veía venir...

-¿Qué cuentas? -preguntó, sonrió, me miró.

-Eh... nada en especial... ¿qué cuentas tú? -dije como si estuviera tranquila.

Hizo un gesto de indiferencia.

-Que la vida tiene muchas vueltas...

-¿Lo dices por algo en especial, o...?

-No, por nada en especial. Pero si tú tuvieras que definir la vida con una sola palabra... ¿cómo le dirías?

-Tiempoquetengoparahacerloquesemedalaganaytratardeserfelizantesdequeseacabe -respondí rápido y sin respirar.

-Esas son varias palabras -rió.

-Pero si lo digo rápido y sin respirar no lo parece... -me burlé de mí misma, con tono de broma inocente. El rió también.

Era raro porque jamás me hubiera imaginado que volveríamos a reírnos juntos. Claro que en ese momento no lo pensaba. Seguimos hablando de nada en especial, y pronto me relajé. Era como si jamás nos hubiéramos peleado. Claro que se trataba de Hogwarts, y ambos somos de los que atraen miradas, así que Severus no tardó en escuchar de boca de alguien que yo estaba por ahí, y se apareció como si lo hubiera traído el viento. Aunque yo estaba segura de que no era así (cuestión que niega hasta el día de hoy). Si tú quieres sé imparcial y saca tus propias conclusiones.

Supe que se estaba acercando por el gesto de desagrado que Sirius no se molestaba en ocultar. Luego vi su sombra creciendo a un lado de mí y moví la cabeza para verlo. Se agachó para saludarme con un beso en los labios (de puro “marcar territorio” porque no le gustaba besarme delante de ningún Merodeador por miedo a que lo hechizaran por ello) y eso tensionó más el silencio que había.

-Me preguntaba si habías terminado de estudiar, porque pensé que tal vez podíamos ir por ahí a dar una vuelta -me dijo lo que se traduce como: “Escuché que estabas con este idiota, y no precisamente peleando, y decidí invitarte a hacer cualquier cosa monótona y aburrida, con tan de no dejarte aquí con él”

-Eh... sí, terminé de estudiar.

-¿Quieres venir?

-Sí, pero deja que vaya a la Sala Común a organizar unas cosas y dejar todo esto -señalé todos los papeles y apuntes que habían quedado allí- y luego nos encontramos... ¿dónde me esperrás?

-En el Gran Hall.

-Bueno -le dije, más como una despedida de “ve y te alcanzo luego” que como una frase con la intención de que me esperara que ya me levantaría.

Se quedó ahí unos segundos en silencio y luego decidió irse. Supongo que quería ver si me despedía de Sirius o si terminaría de hablar primero.

-¿En qué estacamos? -le pregunté.

El miraba el césped. Luego dijo:

-¿Cómo es tu relación con él?

-¿Cómo? -fue más sorpresa que necesidad de que me repita la pregunta.

-Perdón que me meta, cierto... pero me preguntaba si...

-Oh, sí claro... -eso significa “ya te oí, por favor no repitas que tiemblo cuando pienso en lo que acabas de decir”- Eh... buena. Digo, normal. Nos llevamos bien, hablamos de todo un poco... bien...

Eso significa que prefería contarle lo más superficial de mi relación con mi novio, para mantener la conversación al margen de detalles personales que de seguro no querría recordar... esos que había leído en mi diario.

-¿No pelean?

-No. Hemos tenido nuestras discusiones tontas, pero no peleas.

-Con Kat peleamos todo el tiempo -me miró-. Sé que no lo preguntaste, pero como me respondiste aquello, pensé justo que... no sé... quise emparejar...

-De acuerdo -dije.

Ahí si que la cosa estaba tensa.

-Tengo que ir a la Sala Común... ¿vamos? -pregunté.

Es más fácil hablar caminando porque como miramos por dónde vamos, no nos miramos a los ojos.

-Claro, por supuesto -dijo.

Una vez en camino, la conversación continuó como venía. Yo había albergado la esperanza de que se diera cuando de lo incómodo que era todo eso, y aprovechara la interrupción de Severus para cambiar el tema. ¡Pero qué ilusa!

-Las peleas permanentes son un gran problema...

-¿Y por qué pelean?

-Por todo. “No te sientes ahí, no digas eso delante de mis amigas, no mires a esa chica, no hables con aquella otra”... cosas de chica histérica.

-¿Y tú que haces?

-Nada, en verdad. No me gusta hacerle caso. Siento que ella me quiere como para decir “miren, salgo con...” más que por lo que soy. Todo el tiempo me corrige la manera de ser...

No opiné. Supuse que sería mejor así.

-Es más... –continuó- Esta charla será otro motivo de pelea. No porque yo vaya a decirle que hablé de ella, sino porque alguien va a decirle que hablé contigo.

-Si hablarme te ocasiona problemas... -comencé, pero no me dejó terminar.

Dejó de caminar, y yo frené también.

-No me importa si me ocasiona problemas. Quiero que hagamos las paces. Fui un idiota al leer tu diario...

-Fui una cobarde al no contarte nada.

-No debí hacerte ese maleficio.

-No debí provocarte a que lo hicieras.

-No debí darte celos con Kat.

-No debí...

-¡Basta! –interrumpió- Ambos sabemos qué cosas no debimos hacer. Si tu me perdonas es suficiente.

-Todo perdonado, Sirius, te extrañé mucho todo este tiempo... aunque no me diera cuenta en un principio la falta que me hacías.

-Yo también te extrañé, Sarah, no puedo vivir sin ti...

Bueno, ¡EPA! Eso ya fue irse de tema...

-Digo, sin tus chistes, comentarios, y eso... -intentó arreglar.

-¡Oh, sí, claro, claro! -seguí.

Una salida de paso muy barata, pero efectiva, sin duda.

Luego de eso todo volvió a estar relativamente bien, pero con mucho esfuerzo. Cada vez que hablaba con Sirius (esa incluida) me significaba un novio con cara larga y cortante o una escena de celos...

Así se han mantenido las cosas hasta hoy, que uno esta cuando no está el otro. Digamos que las cosas son parecidas a aquel viejo pacto que hice con Cornamenta (“Yo no lo maltrato cuando tú estás, y yo...”), que por cierto, sigue vigente el día de hoy. Claro que ya no hablamos de levantar de las piernas a nadie, porque el chico ha madurado. Son agresiones generales, punzantes. Severus es muy hábil con las palabras, y James es muy agudo con ella también.

Me voy a preparar la cena, Severus debe estar por llegar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario