lunes, 12 de septiembre de 2011

Capítulo 19 --- Episodio XXV

27-07-88

Querido Diario:

Primera semana de trabajo. Verdadero fiasco. Me fastidian varias cosas de Lucius Malfoy:

-Que me mire;

-Que me hable;

-Que me pida las cosas con excesiva amabilidad;

-Que susurre con sus compañeros y me mire;

-Que no pierda oportunidad de recordarme que mi puesto es inferior al suyo;

-Que camine delante mío como si estuviera en una pasarela;

-Que me guiñe un ojo cada vez que me da una orden, como si lo hiciera verse simpático;

-Que crea que eso me cae bien;

-Que es rubio;

-Que tiene el pelo largo;

-Que su nombre empiece con “L” y termine con “ucius Malfoy”.

Sé que sabes que siempre me cayó mal, que me cae mal y que haré todo lo posible porque me siga cayendo mal... pero de todos modos no me cansa decirlo. Igual estoy manteniendo a Severus al margen de esto. Prefiero no pelearme con él por algo tan insignificante como Lucius. Aparte ahora están las cosas bastante bien. Vamos y volvemos juntos del trabajo, así que la imagen del delantal a volados y los ruleros es cosa del pasado.

Aparte lo lindo de trabajar juntos es que como es el Ministerio y una zona estrictamente laboral, no podemos ni darnos un besito (por inocente que sea), ni hablar de nada que no tenga que ver con lo que estamos haciendo.

Las pocas veces que nos vemos es simple:

-Aquí están los papeles que necesitas.

-Gracias, cuando estén firmados te los enviaré.

-Está bien.

Pero en sus ojos veo una chispa de amor y es... especial. Me recuerda a la época en que recién nos conocíamos cuando nadie sabía lo nuestro, y nos cruzábamos en los pasillos. Una mirada, eso era todo... ¡pero qué feliz me hacía y me hace!

Y bueno, luego de eso esta la parte en que me fantaseo que lo agarro del cuello y me lo llevo al baño sin que nadie lo vea, pero no se puede así que no queda otra que esperar a llegar a casa.

El otro día, mientras me daba los papeles se inclinó hacia adelante lentamente, miró para ambos lados y como no había nadie me dio un beso en la mejilla. Justo en ese momento pasó mi Jefe...

-Esto es una oficina del ministerio, tórtolos -dijo burlón.

Severus le sonrió y le contestó.

-Eso lo dices porque Narcisa no trabaja aquí.

El rió y me miró fugazmente. Yo seguí escribiendo y no dije nada. Hablaron de hacer planes, de ir a cenar a no sé dónde, y luego Severus se fue a seguir con su trabajo.

-Sarah, ven a mi oficina -dijo Malfoy cuando él se había ido. Me puse de pie y o seguí.

Antes de que digas algo (pretendamos que puedes hablar) no soy su secretaria. Yo trabajo sólo para él. Tengo asuntos de los que me puedo encargar y tomar decisiones sola, pero siempre dependiendo de sus directivas. No veo la hora de que me haciendan para tener una oficina con puertas...

-¿Qué necesita de mi, señor Malfoy?

Él no dijo nada, me miraba de arriba a abajo.

-Necesitar... ¡qué palabra curiosa! -se sentó- Sólo te llamé para decirte que no quiero arrumacos en mi zona de trabajo. Este es el Ministerio de la Magia, y es regido por una burocracia que no tolera romanticismo en horas laborales.

-Está bien -no iba a dar explicaciones innecesarias que pudieran prolongar mi presencia en su oficina, ya que estar a solas con él me pone nerviosa.

-Claro que necesitarías que alguien te oriente. Si vas a acostarte con alguien de aquí, procura que sea alguien que pueda ascenderte, y no alguien que trabaja para otro departamento.

Si entiendes que él es el único que puede ascenderme, te das una idea de que me estaba pidiendo... eso. Seguramente esperaba una respuesta, pero las que se me ocurrían eran muy... desubicadas.

-¿Puedo regresar a mi trabajo?

Rió.

-Sí, vete.

Y seguí trabajando. Cuando otra de las chicas que también trabaja con Lucius me vio acomodando las cosas con brusquedad, me preguntó qué me pasaba le dije que nada importante. Ella sonrió amablemente, y me dijo por lo bajo:

-Bienvenida a lo que es trabajar con Malfoy.

-¿Qué?

-Ya te hizo una propuesta, ¿verdad?

-Sí. ¿A ti también?

-Sí. Pero mi situación es distinta porque soy soltera, así que accedí. No volvió a molestarme desde entonces. El no repite amantes.

Me sorprendí bastante.

-Aunque yo fuera soltera, tampoco accedería. No es mi tipo. Y si no lo hice en el colegio con su primer acoso, menos voy a hacerlo ahora.

-¿Te acosa desde Hogwarts... y aún persiste? Tienes un arrastre importante, niña.

-No. Un problema importante, más bien.

-Por supuesto, todo depende de como lo mires.

Eso fue todo en el trabajo. Al menos por el momento, y sí, sigo decidida a no comentarle nada a Severus. El no va a creerlo y no quiero estropear nuestra relación justo ahora que es tan perfecta. Además porque, ¿qué ganaría con decírselo si yo puedo defenderme sola? No vale la pena. Si las cosas llegan a un punto inmanejable, entonces hablaré con él.

- - - - -

Hoy me llegó una lechuza de Lily. Dice que mañana irá a St Mungo, porque ya tuvo dos falsas alarmas. Iré a verla recién después del trabajo.

Se lo comenté a Severus, y el dijo que no había problema que me acompañaría, saludaría a Lily y luego me esperaría en casa. Es un tierno, porque desde el Ministerio planeo Aparecerme en el hospital, así que no le veo sentido a que me acompañe… pero es un tierno porque se desvive por parecer duro y serio.

Bueno, me voy a preparar la cena. PERO SIN DELANTAL DE VOLADOS!

29-07-88

Querido Diario:

Hoy estuve con Lily, pero las cosas no fueron tan buenas como creía. Al principio sí, pero…

Todo empezó, obviamente, cuando llegue al hospital. Lily estaba en cama y yo me senté a su lado. Hablamos bastante, ella no parecía nerviosa, pero me dijo que sí lo estaba, que comenzaba a dudar, aunque fuera medio tarde para pensar en eso, si llegaría a ser una buena madre.

No sé por qué lo duda, yo la veo tan maternal… por supuesto que se lo dije, aunque ella pensó que lo decía por tranquilizarla. Pero es obvio que si no lo creyera así, habría cambiado el tema.

Al rato llegó James, no se lo veía bien. Lily le preguntó qué le pasaba, pero él dijo que nada importante, pero que estaba un poco estresado por el trabajo. A mí no me parecía, y a Lily tampoco. A medida que se metió en la conversación comenzó a verse más normal.

Cuando llegaba la hora de que yo me fuera, James dijo que me acompañaba hasta la calle. Cuando íbamos caminando, yo le dije:

-Yo no estoy embarazada, a mí sí vas a decirme lo que sucede, ¿verdad?

-Sí, pero no se lo comentes a Lily, o aún.

-Por supuesto que no, recuerda que su bienestar me importa tanto como a ti.

El se pasó una mano por el pelo, y miró el piso.

-Estuve con Dumbledore -comenzó.

-¿Qué sucede?

-¿Recuerdas a Tiffany, la amiga de Kat y de Lily?

-Sí.

-Desapareció.

Silencio. Asombro.

-¿Cómo? ¿Qué? ¿Cuándo?

-Hace más o menos una semana. El Ministerio trabaja en las desapariciones, pero sabes como es Dumbledore, el las sigue y ata cabos…

-¿Dice que puede ser por los rumores?

-Era hija de muggles, Sarah, por supuesto que sí. Ya van más de diez desapariciones, algo está pasando… pero el Ministerio jamás va a admitirlo.

-Entiendo.

El daba vueltas. No sabía como decirme lo que me diría a continuación:

-Tú debes tener cuidado.

-¿Por qué?

-Porque ese noviecito que tienes es un admirador de la pureza de la sangre… te lo recuerdo porque el hecho de que ya no te llame Sangre Sucia, no quiere decir que haya dejado de pensar es esas cosas y…

-No sabes de lo que estás hablando… -le dije modestísima- El jamás estaría unido a esas cosas… él… él cambió.

-Ha cambiado contigo, eso sí… pero no deja de ser amigo de Lucius Malfoy y…

-¡Estás hablando estupideces! ¡Solo porque el no te cae bien no significa que…!

-Sarah, tranquila.

-¡No! ¡Porque hablas de él de ese modo, pero Sirius esta emparentado con magos que avalan la pureza de la Sangre mucho más que Severus, y sin embargo jamás haría nada malo! ¡No tiene nada que ver una cosa con la otra!

-Sarah, pero entiende que…

¡CRAK!

Me aparecí en casa, esa discusión no llegaría a ningún lado. No tenía sentido pelearme con él. Cuando todos estos rumores comenzaron, hace cuatro meses, Severus y yo hicimos una promesa. Él jamás rompería una promesa que me hace a mí. Estoy segura de que él jamás se involucraría con algo como eso. Y me molesta que él desconfíe… Severus me ama… ¡ME AMA! Tanto como yo a él… y James lo sabe ¿cómo podría desconfiar?

Ahora lo que me preocupa es la desaparición, y la verdad es que estoy muy intrigada por eso. Lily no lo sabe aún, y va a preocuparse mucho cuando se entere…

31-07-88

Querido Diario:

¡NACIO HARRY JAMES POTTER!

¡Estoy en el hospital, luego cuento la historia!

- - - - -

En realidad no hay gran cosa que contar. Pujar, pujar, pujar, contracciones y toda la bola esa que, ahora que la veo de cerca, prefiero no vivirla nunca. ¡No quiero tener hijos!

Llegamos, Lily estaba caminando por la habitación (le habían recomendado que hiciera eso) y cuando la vi, con la panzota y vestida de hospital a punto de tener a su primer hijo, me acordé de cuando nos conocimos. Y me puse a llorar como la más tarada del mundo.

-¡Ay, Lily! -le dije- ¡No puedo creerlo!

Ella me sonrió, me abrazó y me dijo.

-Yo tampoco, Sarah, yo tampoco… esto es tan… no sé… es extraño. Tuve nueve meses para pensar en esto, pero siento que no fue suficiente. Voy a ser madre, ¿entiendes? Es… mágico.

Y llorábamos. Fue asombroso y emotivo. La vez que yo había ido a verla luego del hospital, habíamos hablado bastante del tema, pero en ese momento fue muy distinto, y las palabras estaban completamente de más. Ya pasó, yo sé que todo salió bien, pero lo recuerdo y me tiemblan las manos.

A todo esto, nosotras llorábamos como nenas chiquitas y fuera de la habitación estaba Severus y James, eso debió ser incómodo. Cuando llegó el momento. James se fue con Lily, y yo me quedé con Severus esperando. Cuando me vio con los ojos enrojecidos no lo podía creer.

-¿Quien es duro ahora? -me preguntó.

El dice que yo siempre lo acuso de hacerse el fuerte y el me dice que no es el único, ya que yo prefiero poner cara de piedra antes que llorar en publico. Tiene razón, pero no voy a decírselo…

Un rato después llegó James. ¡La sonrisa que tenía!… y estaba hecho un padre tierno. Nunca lo había visto así. Llegó por el pasillo más que caminar, parecía que se deslizaba. Lo abracé y felicité. Me dijo que Sirius estaba por llegar, que lo habían retenido en el trabajo y que por eso se había demorado. Justo en ese momento llegó Remus. Y se abrazó con James y lo felicitó y todo fue así como… muy emotivo…

Solo cuando pasaron un par de horas nos pusimos a hablar del tema. Lily estaba empacando sus cosas para regresar a la casa y James solo alcanzó a disculparse por la desconfianza. También dijo que no se sabía nada de Tiffany aún. Sirius obviamente piensa lo mismo que James, pero no va a decírmelo. Los Potter volvieron a su casa, y Remus y yo vinimos aquí a tomar un café.

Severus nos vio llegar a todos juntos y no dijo nada, es más, preguntó por Lily, por el bebé y se quedó a tomar un café con nosotros. Yo supuse que quería vigilar a Sirius, pero su actitud fue bastante positiva. Sólo me tomó la mano sobre la mesa con naturalidad y esa fue su única manera de marcar territorio. Como en ningún momento cruzó miradas con Sirius hasta podría decirse que lo hizo sin pensar…

Luego de una hora los chicos se fueron porque “era tarde y tenían que trabajar”, así que… nada. Se marcharon y nosotros subimos al cuarto.

No me animo a hablarle sobre el tema de Tiffany, y los chicos, por suerte, tampoco lo hicieron. Sé que él no tiene nada que ver con todo eso, pero temo hablar de eso y que crea que desconfío o algo así… pero seguramente lo hablaré con él pronto.

03-08-88

Querido diario:

Pronto fue hoy en el desayuno… suelo hacer eso bastante seguido, ¿no? Digo, lo de escribir justo seguidito de lo que puse antes. No sé por qué, pero cuando escribí esa frase me acordé de cuando estaba en Hogwarts y… nada, mejor escribo lo que quería contar.

-Buen día, amor -le dije cuando bajó todo bañadito y listo para ir a trabajar.

Yo me baño a la noche, porque si no tenemos problemas para ir a trabajar a la misma hora. Así que mientras el se baña yo adelanto el desayuno.

-Buen día -me sonrió.

-¿Té o café?

-Té.

Nos sentamos, y comenzamos a hablar. Me preguntó:

-¿Qué piensas hacer hoy?

-Depende… ¿planeas algo para nosotros? -le pregunté con picardía.

-Eso depende de lo que tengas planeado.

-Lo planearé depende de lo que tengas en mente.

-Lo mentalizaré dependiendo de lo que tengas que hacer…

Reímos. ¡Qué lindo es empezar el día así!

-En realidad… -comencé, y en el aire ya se respiraba el cambio de ambiente- tenía pensado visitar a Dumbledore.

-Me parece bien -dijo como si nada-. Hace tiempo que no vas.

Silencio.

-¿Pasó algo? -inquirió mirándome con preocupación.

-Al decir verdad… sí. Tiffany desapareció. Tengo miedo de que tenga que ver con los… rumores

-Lo de esa supuesta… no sé… eh… ¿secta? ¿Grupo extraño?

-Sí -dije con algo de temor.

Él estaba muy serio. Silencio.

-Es una posibilidad -dijo finalmente -. Y una más que solo probable. Haces bien en hablar con Dumbledore, él siempre investiga ese tipo de cosas.

-¿Tu crees?

-Sí. Además, por más que el misterio lo niegue, es más que obvio que todas esas personas no desaparecieron porque sí.

Silencio, le sonreí.

-Bueno, hora de irnos -anunció.

Nos lavamos los dientes y salimos. Me quedé mucho más tranquila al ver su reacción. Es decir, yo sé que él no formaría parte de eso, pero eso no quitaba la posibilidad de que él “votara a favor”, ¿entiendes? Pero ahora me siento más relajada.

Al final, como no me quiso decir qué tenía en mente, fui a ver a Dumbledore. Yo sabía que estaría ocupado, pero también sabía que me diría que no y me daría unos minutos de su vida.

Es raro ir por esos corredores. A cada momento recuerdo cosas. Es nostálgico y emocionante regresar. A veces me pregunto cómo sería ser alumna una vez más… pero luego lo recuerdo y no volvería ni loca.

-No, no estoy haciendo nada importante, Sarah, pasa.

-¿Seguro?

-Sí, sí -dijo metiendo unos papeles en sus cajones… viejo mentiroso.

-¿Cómo estás?

-Todo lo bien que puede estarse.

-¿Los alumnos se comportan?

-Son unos ángeles al lado de cierto grupo que egresó hace unos años… -me sonrió y miró sobre sus lentes de medialuna… lo siento tan paternal cuando hace eso…

-Me imagino… -le dije.

-¿Cómo andan las cosas con Severus? ¿Ya pusieron fecha?

Alguien que me explique por qué sentí un hachazo cuando él me preguntó eso, por muy casual que sonó la pregunta.

-Eh… no.

No dijo nada. Pero algo debe haber pensado… me siento tan juzgada…

-Quería preguntarte algo antes de olvidarme -alto cambio de tema- ¿Sabes algo acerca de las desapariciones?

-Poco y nada. Pero tengo algunas teorías.

-Me imagino que no ha de ser nada bueno…

-No lo es, pero siempre tengo la esperanza de estar equivocado.

-Hace rato perdí esa esperanza -dije.

-Jamás hay que perder la esperaza. Ni siquiera como última opción.

-Jamás fue mi última opción. Siempre dije que lo último que se pierde, es el sentido del humor. Porque se ese modo hasta podría burlarme de lo gracioso que es perder las esperanzas…

Rió.

-¡Ay, Sarah! ¡Había olvidado esas respuestas! -dijo sonriendo.

-¿Cómo pudiste olvidarlas luego de años de escucharlas?

-No lo sé. Supongo que he estado con la mente tan llena de preocupaciones, que no he tenido tiempo para dedicarle a los recuerdos felices.

Me llamó la atención que especificara que “no había tenido tiempo para los recuerdos felices”, así que decidí preguntar.

-¿Y a los infelices?

-No tanto infelices. Yo diría que más bien… significativos.

-¿Tiene que ver con las desapariciones?

Asintió.

-¿Qué sabes?

-Ya te lo dije. Tengo algunas teorías. Hace varios años hubo en este colegio un alumno distinto. Tenía grandes ambiciones de poder, y su infancia fue bastante complicada. Lo traté bastante, pero él siempre prefería estar distante y solo. Cuando salió de aquí, dijo que viajaría por todo el mundo descubriendo los antiguos poderes que oculta la magia -hizo una pausa-. Todos lo admiraban mucho por lo talentoso que era, Prefecto, Premio Anual, un gran alumno. Pero yo siempre temí que… o empleara su poder de una forma…

No terminó la frase, pero yo la comprendía.

-¿Cómo se llamaba ese alumno?

-Tom Riddle.

No me dijo nada más. No sé si porque no supiera, o por si no quería preocuparme, pero ya comienza a ser una realidad, y la verdad es que tengo bastante miedo. Ya de por sí soy una persona bastante miedosa, pero ahora más.

Estoy segura de que si todo esto es verdad, y aparentemente lo es, Lucius Malfoy tiene algo que ver. Pero no quiero decírselo a los chicos, porque ya sabes… no quiero que mencionen a Severus. Igual tarde o temprano lo hablaremos, sobretodo, porque Tiffany sigue sin aparecer.

De todos modos, cuando me acuesto a dormir, con Severus, y siento el calor de su cuerpo en la espalda y sus brazos me rodean, me siento protegida. Sé que nada va a pasarme en tanto él esté cerca. A veces, tardo en dormir. Me quedo pensando en él, en nosotros. Y ahí, acurrucada en la oscuridad, con su incondicional compañía… se que nada puede salir mal.

08-08-88

Querido Diario:

No tengo nada que decir, pero quería escribir igual porque hoy es 8 del 8 del 88. ¡Besos!

10-08-88

Querido Diario:

Lily ya sabe lo de Tiffany. En realidad, según me comentó James, se lo dijo hace días, pero no había tenido tiempo de cotármelo. Es más, ni siquiera lo hizo personalmente, me llegó una lechuza hoy. También mencionó algo acerca de desocuparse y hacerse un tiempo para recibirme en su casa, a ver al pequeño Harry y a conversar un rato los tres.

En realidad es un tema complejo, porque él sabe que si me invita con Severus él no querrá ir, así que me invita sola, pero sabiendo que cabe la posibilidad de que vayamos juntos. Yo le contesté que vería que “haríamos” porque también “estábamos” bastante “ocupados”, como para que recuerde que puede ser que vayamos. Es decir, Severus no tiene problema, pero como James no lo incluye explícitamente, no va. Y James no lo incluye para no ser el rechazo, así que todo se reduce a: Sarah, estás en el medio.

La cuestión es que le dije a Severus y respondió que no tenía problema, que le avisara cuando. Pero ya sé que luego me dirá:

-Ay, hubiese ido, pero la verdad es que tengo mucho trabajo…

Siempre lo hace. Se cree que soy ilusa, ingenua, o que nací ayer… pero da la casualidad de que no soy nada de eso, y él es un cobarde. Pero es mi cobarde…

En fin. Con todas las preocupaciones que tengo en la cabeza, me cuesta conciliar el sueño. No tanto por la desaparición de Tiffany, eso ya ocurrió… pero temo quién pueda ser el próximo. Es decir, Tiffany nunca fue allegada a mi, pero es lo suficientemente cercana como para que me plantee que alguien cercano puede desaparecer… ¡qué se yo!

Ya el hecho de que todo es real, me pone la piel de gallina…

Me iré a dormir porque mañana debo trabajar, y estoy intranquila, necesito acurrucarme junto a mi amor, a mi Severus.

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