domingo, 11 de septiembre de 2011

Capítulo 6 --- La relación secreta


Al día siguiente, tanto Summer como Hannah amanecieron en la Sala Común. Pasaron la noche estudiando, y riendo entre medio, haciendo chistes acerca de la temática que intentaban aprender. Cada tanto se distraían y charlaban, pero siempre regresaban al tema.

Una vez que el hielo se había roto, ambas se recostaron en el mismo sillón, una para cada lado, y estudiaban de esa cómoda manera. Ninguna de las dos sabía con exactitud cuánto habían dormido, o si solo habían cabeceado un instante. La cuestión era que ya había movimiento en la Sala, de los alumnos que comenzaban a bajar a desayunar.

Summer fue quién despertó primero.

_¡Juana! ¡Juana! ¡Despierta! ¡Es tiempo de ir a desayunar!

_¡No me llamo Juana!

_Ya lo sé –le sonrió-. Pero te queda simpático, así que te llamaré así…

Ann le sonrió también. Algunas amistades surgen así, repentina, espontánea y sorprendentemente.

_Mejor vamos. ¿Dónde está mi libro? Ah, ahí. No, este es el tuyo…

_Y este es el tuyo, esta es mi pluma y… ¿Cuál es el tintero de quién?

_¡Qué se yo! Elige uno…

_No, tú elige…

_Me da igual.

_A mí también.

En ese momento, Chloe bajó las escaleras corriendo, y bastante más acelerada de lo usual.

_¡Chicas! ¡Chicas! ¿Luzco bien?

_Eh… sí, Loe, normal… bien –dijo Hannah.

_Sí –corroboró Summer.

_Ah, bueno. Anoche Nícolas me preguntó si quería dar una vuelta entre el desayuno y el examen… ya saben… para estudiar y eso.

_¡Seeh! –exclamó Ann- ¡Ahora lo llaman estudiar!

_Chistosa… -fue la sarcástica respuesta de Chloe, antes de salir por el retrato de la Dama Gorda.

Silencio. Las chicas intercambiaron miradas.

_Si esto sigue así… mañana desayuna en la mesa de Ravenclaw… -divagó Summer.

_¡Ni que lo digas!

Iban bajando, camino al Gran Comedor, riendo aún de todo lo que habían dicho la noche anterior, cuando se hizo un repentino silencio. Luego de esa pausa, Summer preguntó:

_No es que me quiera entrometer, pero… sí, me quiero entrometer… -rectificó- ¿Pudiste hablar o no con ella ayer?

_¿Con quién? ¿Con Loe? Eh… no.

_Lo suponía…

_¿Por qué?

_Bueno… tú estabas bastante mal, ella está bastante bien. No se por qué pensé que no te atreverías a amargar su felicidad. Digo, ustedes son muy unidas, o al menos eso parece de afuera…

Y es que algunas personas tienen esa increíble capacidad de conocer a otro con tan solo hablarle una vez. Observadoras y perceptivas, se percatan de los detalles más insignificantes.

_Eso fue exactamente lo que pasó –respondió Ann, tratando de no parecer sorprendida.

_Sigue en pie mi propuesta, digo, por si lo olvidas. Sé que no soy Chloe, y no pretendo serlo, pero… si necesitas hablar… -le puso una mano en el hombro. 

Ann miró el piso, Summer prosiguió- prometo no decirle a nadie.

_No es por ofender, Summer, pero… perteneces a otro…

_¿A qué te refieres?

_Me caes muy bien, es más, ya siento que eres una amiga, pero… Chloe y yo somos un mundo. Y luego, está el otro mundo ¿entiendes? Ay cosas que no estoy lista para decir aún. No es que seas tú es simplemente que…

_Que ella es la amiga especial ¿no?

_Exacto.

_Sí, lo sé. Hay amigas que son irremplazables. Que pase lo que pase, y sea cual sea la pelea… siempre hay reconciliación…

Hannah asintió.

_Claro, como tú y Rose.

_¿Rose Patterson? ¡Oh cielos, no! Es simpática, y todo lo que quieras… pero no. Sólo somos amigas en Hogwarts. En el verano a duras penas nos enviamos cartas…

_¿Quén es entonces?

_Falleció, hace un tiempo. Un accidente.

_¡Oh, lo siento mucho! –dijo sinceramente Hannah, con un nudo en la garganta.

Los ojos de Summer estaban vidriosos, pero volteó para ocultar sus lágrimas.
_Se llamaba Elizabeth. Fue hace casi dos años… pero uno nunca se repone del todo. Lo siento, no quería amargar la mañana.

Hannah nunca había estado en esa situación, pero el solo imaginarse perder a cualquiera de sus amigos, los que tenía en el mundo muggle, le erizaba la piel.

_Estoy bien, en serio –repuso con la voz lo más firme que podía-. Sé que la vida sigue y que nos encontraremos al final del camino. Prefiero pensar que se fue por un largo viaje a un lugar incomunicado. Es demasiado doloroso pensarlo de otra manera. En mi parte conciente, sé que no volverá, pero prefiero pensar que algún día volveré a verla, porque se solo pensar que… murió y… a los once años… con toda su vida por delante… es…

_Lo entiendo… y te admiro. Yo no podría soportar tanto dolor.

Summer le sonrió, pero duró menos de un segundo.

_No es que uno pueda o no pueda, simplemente no queda otra alternativa. Puedo tirarme a llorar por siempre en un cuarto oscuro, pero eso no la traerá de vuelta. Yo sé, que aunque ella no me lo haya dicho, quiere que yo viva largamente, para vivir a través de mí la vida que le fue quitada… es lo que yo querría.

_Estoy segura.

Hannah nunca se habría imaginado lo que Summer iba a contarle. Cuando escuchó la historia, entendió más cosas, y recordó por qué Sum, había entrado a Hogwarts dos semanas más tarde que los demás. En su momento, claro, ella estaba tan absorta en su mundo con Chloe, que ni se había percatado de la rareza del asunto. Y tan alejadas ellas de los rumores que se corrían, no se habían enterado de lo ocurrido. Y así había quedado en el olvido hasta ese momento.

Ann, sintió a partir de ese día, una gran admiración por Summer. Tan risueña, jamás habría pensado que escondería un dolor tan grande. Y su manera de hablar del tema con tanta madurez, le hacía desear aprender de ella. En ese momento mismo, le habría contado su situación, porque sentía que con una frase llena de sabiduría, su nueva amiga le daría el mejor consejo. Pero no lo hizo. Prefirió regalarle ese momento a Sum, que estaba mal y desahogándose, que hablar de sus problemas, que eran insignificantes al lado de los de su amiga.

En el desayuno, se asombraron al ver que recordaban toda la lección y que hablaban de ello como si fuera un tema de conversación de cualquier adolescente. Debatían los hechos, tanto como la sociedad muggle debatió sobre el programa de Gran Hermano. Pero no se sorprendieron tanto como lo harían una semana después al ver qué poco les había costado sacarse diez en esos exámenes.

Mientras escribían velozmente en las hojas todo lo que sabían, a menudo intercambiaba miradas o se reían, sin motivo aparente para los demás, pero entre ellas captaban el magnífico código que acababan de formulas sin siquiera darse cuenta.

Decidieron faltar a Encantamientos, sentían que les había ido muy bien, estaban contentas, relajadas y no querían amargar todo eso con algún conjuro frustrante que no les saldría, pero que seguro Hermione Granger haría a la perfección en el primer intento.

El invierno se estaba acercando y prefirieron recorrer los terrenos por última vez antes de que se llenaran de nieve y el lago se viera cubierto de una gruesa capa de hielo.

Mientras caminaban y hablaban un poco de todo, les entró sueño, y decidieron ir a dormir una hora a su habitación, porque si no…

_...estaremos como zombis todo el día.

A las diez de la mañana se acostaron a dormir, pero no se despertaron hasta las dos de la tarde. Estaban tan cansadas que pospusieron el horario hasta que llegó Chloe y las despertó. Bueno, en realidad despertó a Hannah, y esta despertó a Summer un rato después.

_¡Ann! ¡Annita! –gritó Loe.

Hannah le tiró fuertemente un almohadón en la cara.

_¡No me digas Anita! -dijo de mal humor.

_¡Era para que te despiertes más rápido! ¡Tengo noticias! ¡Acabo de besarme con Nícolas!

Hannah se puso de pie de un salto.

_¡Tu primer beso! –exclamó y la abrazó-. ¡Qué emocionante!

_¡Sí!

_¿Y cómo fue?

_Ay, fue… fue… ¡Ni idea cómo fue! Fue extraño, porque… siempre tuve miedo de hacerlo mal, y últimamente, como te dije anoche, tenía miedo de que me bese y no saber que hacer… pero te juro, Ann, que el miedo se me fue dos segundos antes. Y todo fue natural, y mágico… y… no sé… especial. Ahora me voy a duchar, y luego voy a ver su práctica de Quidditch…

_¿Pero no iba a ser más tarde?

_Sí, pero como vamos a dar una vuelta antes, me voy con el en un rato, y de ahí nos vamos directo al campo de Quidditch –tomó ropa de su baúl y cuando se estaba yendo, Ann le dijo:

_¡Lo olvidaba!

_¿Qué?

_¡FELICITACIONES!

_¡Gracias! –y se fue.

Hannah respiró hondo. Cuando era más pequeñas, en casa de Chloe, se sentaban en el tejado a ver el atardecer y charlar a solas, y siempre imaginaban como sería el primer beso de cada una, o con quién sería. Ese momento había llegado por fin para una de ellas, y para Hannah era como vivirlo en carne propia. Era tan extraño… ¡cómo había pasado el tiempo!

_¿Qué hora es, Juana? –preguntó Summer con voz ronca, incorporándose mientras se frotaba los ojos.

_Las dos de la tarde… perdón ¿te despertamos?

_¡No! ¡El hambre me despertó!

_¡Qué pena haber perdido el almuerzo! ¿De dónde sacaremos comida ahora?
_Linda… si vas a ser mi amiga, siempre hay algo que tienes que saber: Summer siempre tiene un plan B. ¿Recuerdas cuando te dije que mi familia había heredado un elfo domEstico y que lo donamos porque no nos gusta la esclavitud, pero el elfo rogaba por no ser liberado? Adivina dónde está trabajando ahora...

_¡Aquí! ¡En Hogwarts!

_No, en lo de unos primos… pero su hermano está aquí y lo conozco… -concluyó Summer encaminándose a las salida.

Hannah reía.

_Todavía no me acostumbro a tus sorpresivas respuestas –se sinceró.

Luego de robar algo de comida y de comerla a escondidas, decidieron ir a Transformaciones, antes de que alguien les restara puntos por faltar a clase sin un buen motivo (dormir no sería considerado un buen motivo para los profesores). Como Chloe no iría a esa clase por ver la práctica, Summer y Ann se sentaron juntas nuevamente.

_Sum… pero ¿Tu amiga no va a enojarse?

_¿Qué crees? ¿Qué me compró? No es mi dueña…

_No, pero… hay códigos.

_Sí, pero de todos modos ella deberá quedarse en la enfermería para no levantar sospechas…

* * *

Los días iban pasando y la relación entre Summer y Hannah prosperaba. Ambas se habían contado ya varios secretos, y guardado los de la otra como tesoros. De Chloe no se sabía mucho, pues pasaba la mayoría de su tiempo con Nícolas, y el resto del tiempo hablando de él. Resultaba que el chico era muy buen alumno, así que la estaba ayudando con sus estudios. Se veían los progresos, ya que en el examen de Pociones, ambos habían sacado buenos resultados.

Summer y Hannah se sentaban juntas en todas las materias menos Adivinación, en la que Chloe se sentaba con Ann y Sum tomaba Aritmancia. En Pociones, a Hannah no le había ido bien en su examen. Sabía todo, de eso estaba segura, pero mientras daba el examen, se había puesto tan nerviosa por la presencia de Snape, que su mente había quedado completamente en blanco. No le dolía tanto la nota como el orgullo quebrado, ya que desde que lo conocía que había intentado impresionarlo con su inteligencia.

Había llegado el fin de semana de ir a Hogsmeade, y Hannah por fin hablaría con Chloe de todo lo que había sucedido en esos días. De eso, precisamente, hablaba con Summer mientras hacían la tarea:

_Por fin ¿verdad? Por más que no me hayas dicho nada, se te ve agobiada por ese asunto –dijo comprensivamente Sum-. ¡Ojalá que hablar con Loe te haga bien, Juana!

_Mira, querida, vuelve a decirme Juana, y…

_¿Me pegarás? –se burló Sum.

_No. Deja, sabes que no me molesta realmente. Y sobre “la cosa”, si, sigo algo mal… pero aunque Loe no encuentre la solución, dirá algo que mágicamente me hará sentir bien.

_¿Te hará un hechizo estimulante de los que aprendimos la clase pasada?

_Puede ser, según dijo eso era lo que iba a practicar con Nícolas hoy.

_Mmm… hay que ver que pasa con aquellos dos sobre-estimulados -dejó escapar Sumer con una risita de picardía. Ann le sonrió.

_No, creeme, no hay que verlo… -rieron.

_Bueno… iré a cambiarme y a buscar dinero para golosinas ¿me acompañas?

_¿Qué necesitas, que te vista? Porque ser su amiga lo hago gratis, pero por subirte la cremallera, tendré que cobrarte… -ahora era Hannah la que se burlaba, Sum prorrumpió en carcajadas y le contestó:

_¡Ja! ¿Quién es la de las respuestas sorpresivas ahora?

_No, me quedo esperando a Chloe… ve tú, tal vez me demore. Como ya sabes, Loe no es Gurú de la puntualidad.

Hannah esperó una hora. Ya había terminado toda la tarea, y Chloe seguía sin aparecer. Ella no estaba ni un poco preocupada, porque era bastante común en su amiga, y aparte aún tenían tiempo para ir a Hogsmeade.

_¡Lo siento, Ann! ¡No quise demorarme, es que no tengo noción del tiempo!

_¡Oh, vamos, Loe! ¡Me preocuparía más si llegaras temprano!

Su amiga rió.

_Sí, es cierto –repentinamente su sonrisa se volvió forzada-. En realidad… no podré ir a Hogsmead contigo.

_¿En serio?

_Sí, lo siento… pero iré contigo la semana que viene, ahora realmente no puedo.

_Bueno, está bien.

_Perfecto –dijo Chloe y subió hacia la escalera, cuando estaba por desaparecer camino a su habitación, Hannah de gritó:

_¡Chloe!

_¿Sí?

_¿Por qué no puedes venir a Hogsmeade?

Loe dudó.

_Eh… Nícolas me invitó. No te molesta ¿verdad?

* * *

Ann caminaba cabizbaja por Hogsmead. No sabía por qué había ido. Sin Chloe no era lo mismo. Cuando estaban juntas, nunca podían decidir que hacer, adónde ir primero, qué comprar. Sola tampoco lo sabía, pero era más difícil encontrar un motivo, si no estaba Loe para discutirle. Hannah y su amiga, habían planeado que la siguiente vez que fueran al pueblo intentarían entrar a la casa abandonada, pero sola no se atrevía a ir. Ni siquiera la curiosidad era más fuerte que ella.

Se estaba aburriendo tanto, que prefirió ir a comprar golosinas y luego volver al castillo temprano, pero cuando salía de Honeyducks, tropezó con Summer.

_¿Qué hay? –preguntó.

_Nada... en realidad ya me iba, me estoy aburriendo bastante.

_Si quieres, podemos dar una vuelta juntas. Yo me iba también.

_¿Qué pasó con tus amigas?

_A una le agarró dolor de panza. Suponemos que es lo que se ganó por fingirse enferma para el examen. Como sea, la otra la acompañó. Yo les dije que compraría golosinas y las alcanzaría en el castillo, pero la verdad no tengo apuro ¿Quieres ir a tomar algo en las Tres Escobas?

_En realidad... –comenzó Hannah pensativa-. Hay otro lugar que tenía en mente.

Ann condujo a Summer hasta el camino solitario que conducía a la misteriosa casa abandonada.

_¿Adónde lleva esto?

_A una casa casi hecha ruinas –explicó-. Nadie vive allí. Íbamos a investigarla con Chloe, pero en viendo que ella no está aquí, pensé que si tenías algún sentido de la aventura, podríamos ir nosotras.

_Tengo, tengo...

_Entonces... ¡no hay tiempo que perder! –sobre actuó.

Summer levantó una ceja y la miró extrañada.

_Lo siento... es que siempre quise decir eso desde que miraba Scooby-Doo... –se avergonzó Ann.

Mientras caminaba, Summer le preguntó a su amiga si sabía cuándo hablaría con Loe ahora que había perdido esta oportunidad, ella no respondió, no tenía idea. También le preguntó si estaba enojada por la situación o no.

_Es que... siempre supe que iba a pasar. Me refiero a que desde que conozco a Loe que ella siempre habló de tener novio, siempre se interesó por eso. Cuando participábamos en el Taller de Teatro del Quinquela...

_¿Quinquela Martinez? –se sorprendió Summer.

_Sí.

_¡Hay uno de esos a un unas cuadras de mi casa, en Hurlingham.

_¿Vives en Hurlingham? ¡Yo también!

_¡Uau! ¡Eso sí que es extraño! Pero sigue contándome qué pasado con Loe.

_Ella no podía llorar en ficción, en una improvisación en la que moría una amiga. Pero sí podía llorar en las que un supuesto novio se iba de viaje. Entonces, esas pequeñas cosas siempre me hicieron pensar que en cuanto se le diera con un chico, yo quedaría atrás. No estoy enojada y tampoco sorprendida. Me alegro mucho por Loe y espero que todo salga bien y sea feliz... pero eso no le quita lo desagradable a la forma en la que descaradamente hace esas estupideces. Es más que obvio que si yo no le preguntaba por qué no podía venir al pueblo, ella no me diría que estaba relacionado con Nícolas.

_Tal vez es porque ella sabe que está mal, pero no sabe cómo evitarlo ¿no pensaste en que puede que Chloe te extrañe también?

_Si sabe que está mal e igual lo hace, eso no mejor la situación... –argumentó Hannah.

_De todos modos, hay que ver...

_¿A qué te refieres?

_En cómo actuarías tú en su situación.

_Soy muy distinta en ese sentido. Por supuesto que yo pasaría mucho tiempo con mi novio, pero si hace una semana que tengo algo planeado algo con una amiga, no voy a suspenderlo porque otra persona que invitó a otra cosa ese día a esa hora. Compromisos son compromisos, y los pactos entre amigos hay que respetarlos. Dime, si tú hubieras arreglado conmigo para venir, y tu novio te hubiera invitado luego... ¿Qué habrías hecho?

_Habría venido contigo, y luego habría cenado con el en el castillo.

_¿Ves? Y hace apenas una semana que nos conocemos... no es por la situación, es por la decisión que cada uno tome frente a ella. Loe ya decidió... y yo ya sabía cómo decidiría.

Habían llegado a la casa. Summer la miraba sorprendida. Se acercaron a la puerta, e intentaron abrirla. Obviamente estaba cerrada. Probaron la ventana de al lado, y luego fueron por un camino que rodeaba la vivienda y pasando una puerta algo caída, que no medía más de un metro y era de madera, llegaron a una especie de patio trasero, con el pasto muy crecido y lleno de maleza y madreselva.

Más al fondo, había una verja, también de madera y de la misma altura que la pequeña puerta que acababan de atravesar. En la lejanía, podían ver un lago y un bosque.

_Es hermoso... ahora entiendo por qué alguien vivía aquí.

_La verdad que sí... ahora... ¡Busquemos por dónde entrar! –dijo Ann.

_¡Sí! ¡No hay tiempo que perder! –agregó Sum en un sarcástico tono burlón, imitando el modo en que su amiga había sobreactuado anteriormente.
Ann comenzó a forcejear con la puerta trasera. Esta estaba casi completamente cubierta de una espesa enredadera. Esa fue la razón por la que tardó en notar que tenía una entrada para lechuzas. Cuando la vio pasó la cabeza, pero no logró pasar en resto y casi quedó atorada en el intento.

_¿Qué viste dentro? –preguntó Summer sentada en la verja.

_Nada, como las ventanas están tapeadas, no entra ni un poco de luz. Lo que si noté es que el aire estaba como... duro... parece que hace años que no abren una puerta.

_Pues... no descubriste demasiado.

Hannah fue a sentarse junto a su amiga.

_¿Qué miras?

_La casa en su totalidad. Estoy segura que antes era hermosa.

_Eso parece...

Estuvieron en silencio mirando alrededor un tiempo. En verdad el lugar era lindo. Daban ganas de recorrer los bastos terreros de alrededor.

Ninguna decía nada, y Hannah comenzó a hacer líneas en la madera con un piedra, parecía muy concentrada.

_¿En qué piensas?

_En nada –dijo.

Silencio. Luego Ann se contradijo:

_En realidad pensaba en... ¿quieres saber el por qué de mi relación con Snape?

_Con gusto –se mostró interesada.

_Todo empezó hace tres años. Fue extraño verlo. Si bien yo no sabía por qué, algo en el me llamaba la atención. Y no solo porque fuera feo, y desagradable. Algo en el hacía que me intrigara muchísimo. La primera vez que hablé con él, no fue muy amable conmigo. No solo me gritó sin motivo aparente en el pasillo, sino que luego me gritó delante de todos ustedes. Yo no entendía por qué, pero ahora lo sé. Cada vez que me cruzaba con él, por alguna razón terminábamos discutiendo, pero así y todo... yo no lo odiaba. Es más... algo en mí quería volver a encontrármelo aunque sea para discutir. Sé que es una locura, pero así lo sentían entonces, y parte de eso continúa hoy.

Seguía haciendo marcas transversales a la beta de la madera de la verja, pero cada vez más fuerte y más rápido. Estaba nerviosa. Summer lo notó.

_En las clases, yo tenía la necesidad de destacarme. Quería obtener las mejores notas, sólo para que él tenga que escribirlas. De hecho, con el tiempo aprendí a reír de su gruñona forma de ser. Comenzó a parecerme divertido y misterioso. Me hubiera gustado mucho poder, no sé... hablar con él, preguntarle cosas, pero su forma de gritarme sin motivo todo el tiempo, puso más distancia de la que hubo en un principio. Un día me armé de valor y le pregunté en su despacho qué tenía en contra de mí, si era una buena estudiante y mi comportamiento era bueno, al menos en su clase. El no quiso responderme... así que tuve que averiguar por mi lado. No supe nada del tema, hasta que un día me llegó una carta de mi madre.

_¿Le habías mencionado algo sobre la existencia de Snape?

_Sí, sobre eso y su forma de maltratarme. Le había dicho que no sabía que hacer. Si pelearme con él y por lo menos poder desquitarme de lo mal queme trataba, o armarme de paciencia a ver si las cosas cambiaban. Conociendo a mi madre, supe que me diría que espere y sea paciente... eso es lo que ella haría, pero no va con mi forma de ser. De todos modos, no fue eso lo que me dijo.

_¿Se dio cuenta de que estabas enamorada?

_¿Enamorada? ¡Por dios, no!

_Lo lamento, pero a veces da la sensación de que eso es lo que hay entre ustedes.

_¡Severus es mi tío!

_¿QUE?

_Somos parientes. La sangre llama a la sangre ¿se te hace conocido?
A Hannah le resultaba divertido el desconcierto de Summer, y hasta el hecho de que pensara que ella podía estar enamorada de alguien como Severus Snape.

_En realidad es mitad pariente –continuó-. Porque es medio hermano de mi madre. El odia a toda nuestra familia, porque detestó siempre a su padre que es mi abuelo. Mi abuelo estaba a punto de casarse con la madre de él. La amaba y ella estaba embaraza de Severus. Pero cuando le dijo que era bruja, como te puedes imaginar, él la abandonó. Nadie en mi familia excepto yo, tiene poderes mágicos. Lo que descubrimos es que evidentemente hay algún ancestro mago, porque es la única forma que teniendo abuelos y padres muggles yo haya nacido bruja. La cuestión es que según lo que sé, Severus hizo todo solo desde pequeño. Su madre enloqueció cuando fue abandonada y murió cuando él tenía diecisiete años. Casi no comía y no hablaba. Prácticamente se dejó morir.

_Con razón es tan amargado.

_Sí. Mi madre, supone que Snape supo que yo era hija de ella en cuanto me vio, y que por eso me maltrató desde aquel momento. Para mí es una locura, porque no me parezco a mi mamá. Pero francamente, tiene sentido. La cuestión es que al enterarme de eso, hablé con él nuevamente. Le dije que estaba al tanto de la situación y que si me seguía tratando como si fuera basura, se lo contaría a todo el colegio. Hicimos un trato, pero solo yo lo cumplí.

_¿Por qué no cuentas que él es tu tío?

_Porque para mi también es una vergüenza ¿qué creíste?

_¿En serio? –preguntó Summer incrédula.

_Es pariente, ¿comprendes? Con la familia no se juega.

_¿El lo sabe?

_¿Qué cosa?

_Que con la familia no se juega. Parece que tú sola lo entiendes de esa manera y no es justo...

_Finge que no, pero hace poco me demostró que sí. ¿Recuerdas la vez que no dormí en el cuarto?

Los ojos de Summer se abrieron de par en par.

_¿QUE? ¡QUE ASCO ES TU TIO!

_¡No es lo que piensas! ¿Cómo se te ocurre algo así? Y ni hablar de que la frase correcta sería "¡Que asco, ES SNAPE!" -tuvo que detenerse, porque Summer dejó escapar una carcajada y le costó recuperar la seriedad, luego continuó-. Lo que sucedió es que últimamente, me dan mareos y bajones de presión. En cuanto me pongo nerviosa, me desmayo...

_¡Cómo aquella clase de Pociones!

_Exacto. Una noche, esa en la que me crucé con Rose y te lo comentó, fui a preguntarle si tenía alguna poción que me ayudara, porque no quería ir a la enfermería a que me revisen, porque detesto ir al médico. El se negó, porque como era de suponer, no iba a ayudarme así como así... pero terminamos discutiendo, y me puse nerviosa.

_Y te desmayaste –adivinó su amiga.

_Y quedé inconciente hasta las seis de la mañana.

_¿Y él te dejó en el piso de su despacho?

_No. Me llevó a su cuarto y me acostó en su cama. Ahí fue dónde desperté.

_¿Dormiste con él? ¿En su cama?

_No. El se quedó preparando la poción y cuando me desperté él estaba vestido, en una silla, al lado de la cama.

_¿Te cuidó? ¿El? ¿Cuidando de un ser vivo?

_Eso mismo. La cuestión es que no solo me ayudó dándome una poción, sino que pudiendo llevarme a la enfermería para que sea “el problema de otro” se encargó de mí como si fuera un padre.

_O un pervertido.

_O un pervertido, efectivamente –corroboró Ann-. Como era de suponerse, como nadie sabe que somos familiares, los que nos ven hablando juntos, medio aislados, y por la cara que cada uno pone entonces, muchos piensan que escondemos “algo” tal como lo que dijiste.

_Es que realmente... de lejos parecen una de esas parejas de amor-odio, en las que ellos no pueden estar ni juntos ni separados.

_Lo sé, pero ahora sabes la verdad. Recuerda que nadie debe saberlo. Ni que es mi tío, ni que dormí en su cuarto. Ni que me mareo, ni nada de eso.

_¿Hasta dónde sabe Chloe? No quiero meter la pata delante de ella...

_Hasta lo de “mi enfermedad” por así llamarlo. Pero no sabe que dormí en su cuarto. Igual, no termina ahí, aún no he llegado a la parte en la que me encuentras llorando.

A continuación, Hannah le relató la parte de la historia donde el libro misterioso es encontrado, donde los sueños se vuelven predicciones enigmáticas, y ella decide enfrentar a Severus negando descaradamente una verdad visible y todo termina trágicamente.

Luego estuvieron haciendo suposiciones al respecto, hasta que el sol comenzó a declinar en el horizonte, avisándoles que era hora de volver al pueblo a tomar un carruaje para regresar al castillo. Cuando estuvieron en la calle principal, pocas personas quedaban, así que fueron solas y pudieron seguir hablando allí. Al igual que Loe, Summer pensaba que aunque lo ocultara, Severus sí quería a Hannah, y que si bien la había detestado en cuando la vio, ella había logrado, sin darse cuenta, ganarse el cariño de su tío, el cuál preferiría morir antes de admitirlo.

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